Por: Nuris Pardo Conrado
En nuestro municipio es peculiar encontrar grandes obras con cuantiosas inversiones sin que tengan dolientes; la falta de compromiso y poco sentido de pertenencia por la administración municipal tiene actualmente una vía o ruta de transporte público (carrera 41 o calle ancha de La Nevada) sucia, convertida en un completo basurero, sin nomenclatura urbana, ni vial, sin señalizaciones, sin iluminación, es decir, es como si esta obra que le costó al municipio muchos millones de pesos, no tuviese dolientes y de los cuales se han adueñado los seudolideres del sector, quienes son los que hacen y desasen lo que quieren sobre este bien público. Aunado a lo anterior, se requiere que la misma comunidad del sector vislumbre la magnitud y el alcance de dicha obra, considerándola como propia y cuidando de la misma.
Ante esta situación el Alcalde se ha hecho el de la vista gorda, parece que le da igual lo que pasa allí, total él no anda en moto, en taxi, en buseta, ni a pie, allá a los que nos toca. No solo en este tema el mandatario ha sido abandonado, a pesar de su carisma, sus buenas maneras y su honrosa posición en los sondeos de opinión, le saca el cuerpo permanentemente a su responsabilidad primaria de proponer y ejecutar soluciones efectivas a los problemas graves que padece Valledupar.
Nadie le ha escuchado una propuesta de solución puntual y seria a los angustiantes problemas de inseguridad que padecemos, de desempleo, de educación, de salud, de eficiencia en el suministro de agua potable, invasiones por doquier, etc., etc. Sería muy grande la desilusión de más de cuarenta y ocho mil personas que votaron por un alcalde más, que le da la espalda a sus gobernados, como si no fuera un imperativo categórico propender por la prosperidad general y la efectividad de los derechos consagrados en la Constitución Política. El tiempo pasa y de aquello nada, con poner el retrovisor no se soluciona nada, es tiempo de poner un paño negro al retrovisor y limpiar el panorámico para poder ejecutar las acciones propias que le impone la Constitución y para que pueda de esa manera cumplir con sus promesas electorales, hay que abandonar la crítica, la retórica y la quejadera e irse a la solución de los problemas puntuales que padecen los habitantes de este municipio, mientras tanto, los hijos de los pobres siguen con hambre, sin una educación suficiente, sin una salud adecuada, un desempleo galopante, el mototaxismo increscendo etc., etc., y nuestro Mandatario sin nada que mostrar, solamente su sonrisa amplia y su buena posición en los sondeos de opinión.
Señor Alcalde, aún está a tiempo, aproveche el recurso de autoridad del cual está investido y empéñese en sacar adelante esta ciudad, nunca espere encontrar las arcas municipal atiborrada de recursos para ejecutar, ni gente preparada para ello, rodéese de gente capaz de convertir en realidad el plan de desarrollo, salga a buscarlos con metas claras, fácilmente medibles y verificables, que la sociedad valduparense espera mucho de usted y aún hay mucho por hacer, no olvide que por sus buenas ejecutorias se conocen los mandatarios. “Un gobierno recién nacido debe deslumbrar.”