Los habitantes de la invasión Tierra Prometida recibieron la visita de la Secretaría de Salud Municipal el pasado fin de semana para hacer control larvario e inspeccionar las casas.
Desde marzo pasado la entidad viene realizando en distintos sectores de Valledupar ‘toma en los barrios’ para detectar en los sectores criaderos en donde se reproduce el mosquito transmisor del dengue, zika y chikunguña.
“Nuestro plan de contingencia no ha parado y por eso hacemos presencia en las casas de los vallenatos para hacer controles a las albercas y saber cómo están almacenando el agua limpia que es donde se reproduce el Aedes aegypti. Además de hacer las respectivas fumigaciones para erradicar los zancudos”, dijo Claudia Margarita Zuleta, secretaria de Salud, quien declaró además que Valledupar todavía no se han registrado casos del nuevo virus llamado la fiebre del Mayaro que ya ha circulado en América pero con una muy baja incidencia, la cual tiene como síntomas fiebres altas y dolores articulares intensos.
Según un documento del Instituto Nacional de Salid el virus Mayaro produce una enfermedad de síntomas inespecíficos parecidos a los del dengue, a través de la picadura de un mosquito. La diferencia es la artralgias que produce, un dolor agudo de las articulaciones, que puede estar acompañado de enrojecimiento, hinchazón o sensación de calor; y que podría generar incapacidad laboral. Pero la información en la literatura científica aún es escasa, diversa y dispersa.
Los brotes de mayaro registrados han sido esporádicos y localizados en la región selvática de la Panamazonia; es decir, en localidades rurales cercanas a bosques húmedos y a la selva amazónica de Perú, Bolivia, Surinam, Guayana Francesa, Guyana, Colombia, Brasil y Venezuela.
Peligro en la invasión
Claudia Margarita Zuleta destacó que en Tierra Prometida se inspeccionaron 325 viviendas, de las que 32 dieron positivo lo que equivale al 9,8 %.
Este es un sector de invasión ubicado al sur de la ciudad en donde más de 3.000 personas sufren por diferentes problemas sociales. Tal vez el que más los afecta es que el carro recolector de basuras no entra al sector por tener calles muy angostas y porque el cableado de electricidad está muy bajo.
Además las personas deben depositar el agua potable en diferentes recipientes porque no cuentan con servicio de acueducto.
En ollas, baldes, toneles y otros objetos las personas de la invasión se surten de agua para tener para sus necesidades básicas. La Secretaría Salud encontró que estos depósitos no son aptos para el almacenamiento de agua porque es ahí donde se propaga el Aedes Aegypti. El lugar tampoco cuenta con una red de alcantarillado y por eso las aguas residuales van a parar a las calles lo que genera una contaminación que enferma a la población infantil y mujeres en estado de embarazo.
En Tierra Prometida se inspeccionaron 325 viviendas, de las que 32 dieron positivo lo que equivale al 9,8 %.
Inngry Jácome Serrano/ El Pilón.