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Valledupar requiere un gobierno para el cambio

Las estadísticas socioeconómicas del municipio de Valledupar no le favorecen; vistas las cifras entre 2002 y 2020 suministradas por el DANE, se puede concluir que este es un ente estático, la tendencia de sus principales variables es errática, son curvas huérfanas, esto es, ningún alcalde ha intervenido en su comportamiento que es vegetativo. 

Esta característica es válida tanto para los fenómenos cualitativos como cuantitativos como la movilidad que es un caos. La indolencia e incapacidad de los mandatarios del periodo arriba descrito no resiste un análisis serio. La mecánica electoral es la responsable de esta situación, los aspirantes que ganan la alcaldía no lo logran por sus competencias sino por los contubernios que arma la clase política reinante cuya principal consigna es la partija de los presupuestos, no les importa la suerte del municipio. La joya de la corona de los alcaldes elegidos es la contratación tipo sastre para pagarle a los financiadores de las campañas ingentes sumas de dinero que les inyectan para ganar. 

El Programa de Alimentación Escolar, PAE, es el que genera el primer cheque a los alcaldes por favorecer a esta mafia de la alimentación escolar. Esta suerte apocalíptica de burgomaestres tiene que terminar, ya basta, las próximas generaciones reclaman un cambio total, llegó la hora en que la dignidad se vuelva costumbre. El gobierno nacional va a irrigar gran parte de los recursos de la más reciente reforma tributaria en los territorios, única forma de descentralizar y orientar las finanzas públicas. Pero está prevenido contra alcaldes y gobernadores contratistas adversos al cambio contra quiénes se reservaría el giro de las partidas especiales para  proyectos básicos  porque siempre son destinadas a obras innecesarias; por eso, si el elector quiere que en su territorio el dinero fluya en abundancia para mejorar todos los indicadores, deberá escoger a candidatos no vinculados a los carteles de la contratación y de la coima sino a aquellos que hicieron posible el cambio como los que representan al Pacto Histórico agremiados en varios partidos y organizaciones político-sociales afines a las buenas prácticas en la administración pública. 

De nada nos sirve tener un nuevo huésped en la Casa de Nariño, con las mejores intenciones, si en los entes territoriales siguen los mismos que a nivel nacional derrotamos; ganar ahora incrementa la posibilidad de hacerlo, también, en las parlamentarias del 2026 y solo así se podrán hacer a fondo las reformas sociales que el país con urgencia requiere, sin someterse a los chantajes de unas mayorías de forajidos sometidas a sus jefes políticos en cuyas filas hay mercenarios. En los casos particulares del Cesar y Valledupar, Petro ganó en los comicios pasados, la gente sintió la necesidad de cambio, sentimiento que debe persistir. 

Pero el P.H. nunca había tenido poder así que ahora carece de liderazgos, muchos creen tener esa condición y se han auto empoderado en todo el país, se han vuelto muy sensibles a la pureza ideológica; muchos consideran que quien haya ofrecido sus servicios a la tradicional dirigencia política derechista, estaría vetado para ocupar cargos en el P.H. Están equivocados, muchos de los que así creen, la burocracia oficial le ha pertenecido a la derecha tradicional, nadie se ha empleado en gobiernos de izquierda. ¡Que tire la primera piedra quién se sienta sin pecado! Para lograr consensos alrededor de los aspirantes a la alcaldía de Valledupar y gobernación del Cesar ha sido un proceso difícil, algunos aspirantes tienen enemigos gratuitos alimentados por los egos. 

Por fortuna, para la alcaldía de Valledupar parece haber humo blanco, ya se firmó un acta aceptando la candidatura única de Lina de Armas y enviada a Bogotá donde se otorgará el aval por parte de “Todos somos Colombia” partido que dirige la senadora Gloria López O. y el coaval de otros partidos. Sin unidad esta tarea será muy difícil, los mismos deben hacerse a un lado; pero si le imprimimos el mismo empeño que le pusimos a la campaña “Petro Presidente”, el triunfo estará cerca y las viandas servidas.  Ahora o nunca, solo así ganará Valledupar.   

Por Luis Napoleón de Armas P.

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