El Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas –Dane- entregó los resultados del Índice de Pobreza Multidimensional (IPM), desarrollado en la Universidad de Oxford, que determina mejor la calidad de vida, frente a la que simplemente mide los ingresos que recibe cada colombiano. (Se llama Pobreza Multidimensional porque evalúan cinco dimensiones en los hogares colombianos: vivienda, salud, educación, trabajo, juventud y niñez).
Los resultados del Índice hicieron que el presidente Juan Manuel Santos asegurara ayer con orgullo que con dos años de anticipación, su Gobierno cumplió la meta de sacar a cinco millones de colombianos de la pobreza, “gracias a las exitosas políticas de acceso a la educación, la salud y los servicios públicos, entre otras”. Los resultados de la lucha contra la pobreza, muestran en su medición multidimensional, que esta se redujo a 17,8 % en el 2016, frente al 20,2 % en el 2015 y la meta de sacar de la pobreza a cinco millones de colombianos al 2018.
Es decir, desde el 2010 al 2016, 5,13 millones de colombianos salieron de la condición de pobreza, según informó el Dane. En las zonas rurales también cayó el índice de pobreza, al salir de esa condición 1,54 millones de colombianos.
Estas cifras vistas de manera general son una gran noticia para el país. Pero en Valledupar dejan un sabor amargo porque al desmenuzar los resultados por ciudades, la nuestra aparece como la tercera más pobre en Colombia.
Pasó de 30 a 35 % la pobreza y la pobreza extrema (miseria) se duplicó en un año. Este según los expertos, es de los peores datos que se han registrado en la historia del Cesar. En dos años pasamos de 27 a 35 %. Solo un punto que aumente, significa que 4.500 personas son nuevas pobres y en este caso, la pobreza aumentó en cinco puntos; es decir, más de 20 mil pobres en un año.
¿Dónde está la inversión pro-pobre que genera empleo? Es la pregunta que en un inicio se hacen los estudiosos del tema, porque mientras se observan millonarias inversiones en infraestructura, no se nota ningún avance en lo social.
Estos resultados son para estudiarlos, analizarlos y decantarlos. Ahora debe el Gobierno Nacional, el sector privado y claro está el público, ayudar a bajar esos índices en el Cesar, y aunque pobreza no siempre lleva a violencia, esta si es un caldo de cultivo para el resentimiento y la protesta.
Sería bueno constituir una especie de Misión o grupo de personas que estudien y piensen sobre la pobreza en Valledupar. Por ejemplo, analizar qué tanto ha influido el tema de Venezuela, la paralización de la obra pública, el desplazamiento, entre otros asuntos.
Las cifras de pobreza del Cesar merecen un capítulo aparte. Por lo pronto, así está la situación en Valledupar, la capital donde vive el 50 % de la población del departamento.