Los fenómenos naturales que azotan últimamente gran parte del mundo, nos obligan a pensar que no estamos exentos de sufrir los embates de estos fenómenos. El huracán Irma y María, que devastó a Puerto Rico. La isla de San Andrés sufre por la posibilidad de lluvias fuertes y vientos de angustia que incomodan a la población. Esperemos no pase a mayores. Para unos son retaliaciones de la naturaleza por el mal proceder del hombre con el cuido de la tierra; para otros, castigo divino por los pecados cometidos por los seres humanos corruptos y alejados de Dios, que en su afán de lucrarse de manera individual, se llevan por delante la comunidad. Cada uno a sacar sus propias conclusiones y hacer sus propios análisis.
Aterrizando en lo que nos preocupa y ocupa, el comentario va de la mano y fundamentado en la conversación sostenida con el comandante del Cuerpo de Bomberos de Valledupar, Guillermo Lúquez, a quien le trasladamos la inquietud que nos asiste. Primero, dice el comandante, no es sano ni recomendable que las redes sociales sean tomadas para que cunda el pánico, el tema de alertas y prevención de sucesos se debe dejar en manos capacitadas, quienes de verdad conozcan y manejen esa temática. A los usuarios de estos servicios se les pide un manejo serio y responsable que no angustie a la población.
Segundo, es importante que el tema arquitectónico sea manejado también por manos capacitadas y muy responsables; los arquitectos e ingenieros deben velar por un proceso de construcción con materiales adecuados y en su justa medida; con altos niveles de calidad. Hoy las obras son de mala calidad, de corta duración; obras desechables que no aguantan vientos de 60 o 70 kilómetros por hora. Cada vez que llueve con un poco de brisa, vemos árboles caídos haciendo desastre ¿Hace cuantas décadas los árboles de nuestra verde ciudad no son intervenidos para bien? Al contrario son masacrados por las podas, y erradicación de árboles por empresas privadas que nunca son compensados.
Comenta el comandante Lúquez sobre una situación que se puede mostrar como ejemplo: el caso Mocoa, el deslizamiento de los cerros en el nacimiento de los ríos que nos circundan pueden generar represamiento y sería lamentable para Valledupar que esto ocurriera. Ya hemos tenido algunas alertas y es necesario que se inviertan recursos en acciones serias y responsables, programas de prevención de desastres en el que no vaya incluido el ¿cómo voy yo ahí? El tema de deforestación es nefasto para estos casos.
Debemos aprender a actuar en casos de emergencias, saber cómo orientar a los niños y jóvenes en caso de incendios, inundaciones, huracanes, terremotos. Nos preocupa el tema cuando vemos lo que sucede en otras latitudes. Pero debemos prepararnos y prepararnos bien para salvaguardar vidas. Hay que actuar de manera sería y muy responsable. No está de más que nos eduquen en estos temas, el 25 de octubre habrá un simulacro nacional y sobre esto poco sabemos; dejamos la inquietud al comandante Lúquez de los Bomberos y a toda la cúpula administrativa. Sólo Eso.
Por Eduardo Santos Ortega Vergara