No se entiende por qué la ciudad de Valledupar no fue incluida en el proyecto denominado “Conectando Caminos por los Derechos” de USAID y AID FOR AIDS que incluye cinco ciudades del país que albergan mujeres y personas LGBTIQ+ población migrante y refugiada venezolana que han ejercido el sexo por supervivencia.
Y decimos no se entiende en razón a que Valledupar es en estos momentos una de las ciudades de la región Caribe donde más ha llegado población migrante y refugiada de Venezuela, desconocemos los criterios de selección de ciudades para ese propósito, pero lo cierto es que la capital del Cesar requiere de ese tipo de proyectos para mitigar la situación que se presenta con ese sector poblacional.
Según las cifras que ha venido manejando la Oficina de Migración Colombia, la población de venezolanos en Valledupar supera las 40 mil personas, sin mencionar la gran cantidad que residen de manera irregular y no aparecen registrados en ninguna base de datos.
En este caso el proyecto “Conectando Caminos por los Derechos” está enfocado para la población que ejerce el oficio de trabajadores sexuales, cuya cifra también se estima que es bastante alta en Valledupar.
El proyecto contribuye con el reconocimiento, promoción y defensa de los derechos humanos de ese tipo de personas, mediante la realización de talleres de formación, capacitación de multiplicadores, ferias de servicios, caracterización de la población vulnerable y acciones de incidencia, el cual se desarrolla en las ciudades de Soledad, Bogotá, Cúcuta, Cali, Medellín y Maicao.
Esta es una iniciativa del programa de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID, que además de apoyar a las personas venezolanas que ejercen el sexo por supervivencia, también le apunta a aquellas que están en riesgo de llegar a desarrollar esa actividad como única alternativa para sobrevivir. El proceso culminará en mayo de este año 2023.
Con estos talleres se busca que esas personas “conozcan sus derechos, adquieran habilidad para defenderlos y se organicen para hacer incidencia pública al respecto, consolidando ciudadanos autónomos, autorreflexivos y críticos ante sus realidades, generando espacios de diálogo y reflexión acerca de las posibilidades de ser agentes de cambio en las comunidades en las que tienen intervención e identificando liderazgos y personas del grupo que quieran continuar con el proceso para ser dinamizadores de sus derechos”.
En resumidas cuentas, sería bueno que todos esos beneficios también llegarán a ese grupo numeroso de personas venezolanas que residen en Valledupar y que mucho ayudaría a los gobiernos locales en términos de atención a la ciudadanía emigrante.
No es casualidad que en los últimos años el nivel de desempeño de la mayoría de los indicadores sociales de los gobiernos locales sea muy bajo, en eso tiene gran incidencia la población emigrante que demanda de muchos servicios y atenciones, por ello se debe estar a muy atentos a las acciones, programas y gestiones de los organismos nacionales e internacionales para recibir cualquier tipo de apoyo de esa naturaleza.