Corto pero contundente fue el discurso del presidente Iván Duque Márquez durante la inauguración de la versión 52 del Festival de la Leyenda Vallenata. Destacamos el anuncio que hizo sobre la presentación que ante la Unesco hará el Ministerio de Cultura el próximo 13 de mayo en París para que Valledupar se convierta en la primera ciudad creativa global de la música, lo cual generará grandes oportunidades en torno al turismo y la cultura vallenata.
El mandatario recordó que su padre fue uno de los miembros fundadores del Festival Vallenato y que por ello hay un sentimiento especial que lo une con esta capital, donde ayer participó en la entrega de dotación de instrumentos para que los niños empiecen a entrar al fascinante mundo de la música en la escuela Leonardo Gómez Jr., construida en el parque Los Algarrobillos.
En un editorial pasado hicimos un llamado de atención sobre el estado deteriorado en que se encontraba dicha escuela de música, por cuenta del vandalismo que ponía en riesgo la millonario inversión que beneficia a niños con modernas aulas en las que aprenden a tocar instrumentos de viento y percusión, además de lectura de música, entre otras actividades.
Las escuelas de música son fundamentales en la preservación de la música vallenata tradicional, por eso esperamos que el próximo alcalde garantice la continuidad de este programa, que a mediano plazo entregará un nuevo semillero de músicos al folclor vallenato. Pero recordemos que primero fue sábado que domingo. No se puede olvidar el maravilloso trabajo del maestro Andrés ‘El Turco’ Gil, cuya escuela de música ha formado a varios de los actuales reyes vallenatos, destacados acordeoneros, cantantes y otros músicos de las agrupaciones vallenatas.
‘El Turco’ no pasa por su mejor momento, necesita más apoyo del sector público y privado para seguir avanzando en su loable tarea de formar gente de bien a través de la música. No podrían ser mejores las condiciones políticas para impulsar la escuela de Los Niños del Turco Gil.
También hay que destacar otras iniciativas privadas como la que anualmente realiza la Fundación del Festival de la Leyenda Vallenata con Claro, un convenio que desde 2013 ha capacitado a 1.000 estudiantes de las comunidades vulnerables de Valledupar.
Ese programa de formación básica musical en conjunto típico vallenato y piqueria permite que a través del aprendizaje de acordeón, caja, canto, guachara y piqueria, se mantenga la música vallenata tradicional, aportando nuevos actores a la agenda cultural.
Los semileros de la música dan buenos frutos y garantizan que podamos contar, de generación en generación, con el principal insumo de nuestra riqueza en la tan de moda Economía Naranja, el ingenio y la creatividad de nuestra gente.
El terreno está más que abonado para que de esta tierra sigan germinando juglares. Cada abril el Festival de la Leyenda Vallenata demuestra que el vallenato es el principal renglón de la Economía Naranja de la región, donde hay que generar condiciones para su sostenibilidad en el tiempo.