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Vacío de amor

Rodolfo Pérez

Un día de San Valentín, dos almas se anclaron en aquel sentimiento llenándolos de ilusión, Martí un chico de cabello castaño, sus ojos eran envidiados hasta por el sol, Diana una mujer hermosa de cabellos oscuros con una mirada sincera pero decaída ya que su antiguo amor lastimó su corazón.

Tal vez el destino o la casualidad conspiró para encontrarse de frente y unirlos en  un suspiro, sin saberlo ese sentimiento llenó el corazón de él, que al ver a Diana tan triste y vacía tomo la valentía de acercarse y besar su mano, Martí sintió un fuego que le acariciaba el alma, creía que podía volar con tan solo verla, la noche se hizo día, sus corazones permanecían en la misma banca del parque, ella sin temor acepto, era el día más feliz de Martí,  el tiempo paso cual estrella fugaz, él  soñaba con hacerla feliz y sobre todo curar en ella el vacío, ella a duras penas le demostraba su cariño, pocas veces expresados con besos falsos. 

Él con la misma ilusión del comienzo, sólo vivía para ella, quien pocas veces le hacía sentir su amor, ella sentía que ya las cosas no marchaban bien y quería terminar para no causarle daño, toma la decisión de hablar para romper con él, pero al verlo llegar con flores por su aniversario calla quizás, por miedo o por lastima. 

Él  vive feliz, pensando que los tiempos presentes son los mejores, sin embargo  la nota alejada, ya no se veían en las tardes porque tenía que  ir a estudiar, su amor fue acabando con el tiempo, dormían juntos mas no se rozaban, aun estando titiritando de frio no eran capaces de hablar, la noche murió dando el paso al amanecer, sin embargo él no  la sintió en la  cama, solo en el instante en que abrió sus ojos en la oscuridad, logro divisar sobre la mesa de noche una carta  que decía: “murió el amor, eres un buen hombre con un gran corazón, pero todo en tu vida no es como lo pintaron, suerte y disculpa por lo malo.

“En ese preciso instante él sintió como se quebraba su corazón, y lentamente recordó cada momento que pasaron juntos, un sudor frio recorrido su cuerpo, y su mente se nublo, no pensaba en nada más que el suicidio, prontamente recordó a qué había venido al mundo y su corazón se llenó de  luz.                                                                                 

AUTOR: RODOLFO PÉREZ  – I. E. RICARDO GONZÁLEZ

Periodista: