Por Aquilino Cotes Zuleta
Los rectores y directivos académicos de las instituciones educativas del Cesar y de la Universidad Popular del Cesar debieran hacer diagnósticos de sus quehaceres durante este primer semestre del año, para determinar qué ajustes debe aplicársele a los currículos escolares y universitarios o identificar la naturaleza de la problemática, su estructura dinámica, es decir, la que da razón plena de su comportamiento y manifestaciones.
También debiera proponerse un “revolcón” en las practicas pedagógicas, para que los docentes procuren una postura dialéctica para posibilitar el aprendizaje al estudiante.
Tío Chiro habla de docentes que pongan al estudiante en contacto con información actualizada, con investigaciones notables, con lecturas pertinentes y con tecnología apropiada. Docentes que ejecuten estrategias en el desarrollo de sus clases para que el estudiante se forme en un marco de excelencia académica y humana.
Aprovechar este mes de vacaciones para que se tomen correctivos en asuntos que resultan de vital importancia para el futuro de la educación, para saber qué les depara a los niños y jóvenes en la próxima década.
Mis consejeros periodísticos Tío Chiro y Tío Nan sostienen que la brecha entre la educación básica primaria, básica secundaria y educación superior se agranda cada día más y pone en peligro inminente a miles de jóvenes cesarenses. Además, el problema de la deserción universitaria es complejo e incluye diversas causas.
Según investigación de la Universidad de La Sabana los datos son escalofriantes: apenas un 55% de los estudiantes que ingresan a la educación superior se gradúa. El 37% del total de los desertores desisten en primer semestre. Y quienes se gradúan como bachilleres, una tercera parte ingresa a la educación superior el año inmediatamente siguiente a su grado y otra tercera parte ingresa en un momento posterior; el último tercio nunca ingresa.
Lo otro es el compromiso que debe tener la Universidad. El profesor e investigador español Vicente Manzano-Arrondoprecisa que la universidad debe estar comprometida, pero comprometida con la extensión social entendida esta como la gestión que realiza la universidad a favor de la comunidad. No puede la universidad dejar la construcción de una mejor sociedad en manos de los prestigiosos profesionales que solo saben de ambiciones individuales.
Además, los miembros de una universidad comprometida deben ser personas ligadas con la libertad de catedra, en la reflexión y en la transdisciplinariedad y eso es lo que hay que promover desde la Universidad Popular del Cesar. De lo contrario, para qué vacaciones.Hasta la próxima semana.