Las autoridades uruguayas luchan contra la expansión de la rana Lithobates Catesbeianus, conocida como rana toro, después de que varios ejemplares se escaparan tras el cierre de una empresa dedicada a su comercialización y cuyo potencial invasor las convierte en un peligro para otras especies.
La rana toro es nativa de Estados Unidos y fue ingresada en Uruguay con “una finalidad comercial para consumo humano”, contó a Efe Richard Fonseca, presidente de Emergencia Departamental del departamento (provincia) de Cerro Largo (norte), uno de los dos focos de reproducción de esta especie junto a Maldonado (sureste).
“En su momento el Ministerio de Ganadería, Agricultura y Pesca estimuló este tipo de emprendimientos, pero nunca se previó la posibilidad de un fracaso” y ahora “los titulares de la empresa, dicen que se escaparon las ranas”, explicó Fonseca.
La rana puede llegar a pesar un kilo, se “reproduce mucho”, “come de todo” y “tiene un potencial invasor muy grande” por lo que “tiene todas las características de un animal exitoso en el medio natural”, dijo a Efe Raúl Maneyro, profesor de Historia Natural de Vertebrados de la Facultad de Ciencias del Uruguay y descubridor en 2008 de dos especies de anfibios.
“Donde ha sido introducida, ha generado problemas”, aseveró Maneyro, quien calificó a esta rana como “un animal de gran porte para lo que son los anfibios del Uruguay”, razón por la que “es un peligro importante para otras especies de anfibios” porque “se los come”.
El problema, según el investigador, es que tras el abandono de la producción por parte de los criaderos no se pensó en “un seguimiento del impacto ambiental” de tal hecho.
Fonseca afirmó que la zona sobrepoblada de la rana toro está cerca de “arroceras y de cursos de agua de donde se extrae el agua potable de OSE -empresa estatal que gestiona el agua-” pero que “está perfectamente delineada la zona afectada por ese foco”.
Sostuvo que la “serie de predios (invadidos) ya están identificados” y que “el Ministerio de Medio Ambiente está actuando con el Comité de Emergencia Departamental” en el caso, así como el Ejército y autoridades locales de salud.
El funcionario comentó que se disecará algún cauce de agua e implementarán trampas para las ranas adultas.
Sobre aplicar un sistema de intervención ante esta propagación excesiva, el profesor Maneyro manifestó que “en principio la invasión parece estar en una etapa primaria” pero que “eso no significa que haya que descuidarse” sino que, al contrario, “es cuando resulta más eficaz y más barato hacer algún tipo de mecanismo de control”.
A su vez, expresó que “indudablemente cazando los adultos se puede llegar a abatir bastante la población”.
También instó a tener precaución y prevenir que el ganado no tome el agua de un sector de reproducción de la rana toro.
“No es fácil ser un país agropecuario” en este caso, determinó.
Respecto al peligro de posibles “mordidas” de este anfibio, Fonseca aclaró que estas ranas no presentan “ningún riesgo para el ser humano”.
Maneyro explicó que “hay algunas especies de anfibios que se defienden mordiendo pero la rana toro no pertenece a ese grupo”.