Urdimbres es una antología que dos grandes compiladores: Mary Grueso Rivero y Jeferson Torres Guerrero, con el apoyo del Ministerio de Cultura, se empeñaron en darle contenido de vida, sueños y esperanzas; un compendio de dulzura y amor que se hilvana desde el sentir de un grupo de excelsas mujeres del Caribe colombiano.
Mujeres sensibles que quieren hacer escuchar su voz desde la poesía de su tierra amada. Ese Caribe macondiano que tiene tanto de hermoso como de nostálgico y mágico.
Disfrutar de la dulzura de estas mujeres a través de la lectura de la antología es bailar un porro palitiao celebrando a San Rafael en la plaza de Chinú con Mirian Castillo Mendoza, en vísperas del encuentro nacional de declamadores y poetas en esa bella tierra. La perla del Chinú, mejor embajadora de Sincelejo en este emblemático municipio Cordobés.
Es sanar el alma desde las propiedades curativas del volcán del totumo y el parque El Ceibal, el complejo de lagunas costeras de Santa Catalina de Alejandría a veinte minutos de Cartagena, ciudad natal de la poeta Damaris Castro Ospino. Obviamente sin olvidar a San Juan Nepomuceno la tierra de sus sueños.
Es disfrutar en Codazzi, Cesar, ese pueblo hermoso que está ubicado en las estribaciones de la serranía del Perijá; del Festival de Música Vallenata en guitarra; o saborear un café orgánico en el patio de la casa de la poeta y cantora Milva Luz Orozco Quintero, ella representa la templanza de la mujer guajira que un día emigró, pero sus alas conservaron el aroma de las flores de Codazzi, volvió y allí está, cultivando árboles azules y café con sabor a poesía.
Es disfrutar cada poema y su contenido, el aroma de los trapiches de Atánquez, donde se besan los cerros con las nubes del cielo azul, usado para sacarle el sabor a la caña de azúcar y dibujar luego una panela atanquera o el delicioso alfandoque y regar su dulzor por todo el árido desierto de amor que tiene La Guajira, y regalarle al mundo a través de la poesía de una licenciada en ciencias sociales: Yenis Judith Muñoz Mindiola. Actualmente ella destila su amor por las letras desde Barranquilla.
También tenemos allí a Isidra de la Vega Lafaurie; María Ketty Figueroa Pastrana en Ciénaga de Oro, Córdoba; Nacha Newball Jiménez, del corralito de piedra Cartagena.
En esta antología hay un Caribe mágico que extasía con cada rinconcito reconocido de amor y dulzura y allí, mujeres especiales que se entregan a esa belleza natural de esta espectacular región.
Hay más lugares exóticos e inspiradores, hay más mujeres talentosas que seguirán escribiendo su propia historia a través del verso de manera única y especial; en esta antología o en cualquier otra.
Lo que infortunadamente no tengo es espacio para seguir resaltando las calidades y la espléndida dulzura de esas mujeres costeñas. Ellas con su poesía hacen de este mundo algo maravilloso; desde luego hay lugar y cariño en mi corazón para todas. Gracias… Sólo Eso.