REDACCIÓN ECONÓMICA EL PILÓN/ CON EL APOYO DE CARLOS A. MAESTRE MAYA
Desde tiempos inmemoriales, como dirían nuestros mayores “desde que el mundo es mundo”, la humanidad ha tratado de conocer y predecir su futuro. Desde la adivinanza milenaria, hasta las proyecciones, hoy con base en modelos de inteligencia artificial, el objetivo es el mismo: conocer ese futuro; reducir la incertidumbre.
Y en efecto, algunos acuden a la astrología, otros al horóscopo, otros a las pitonisas y brujas; y otros a las cifras, a los números, a la numerología de las estadísticas y las probabilidades. En este último grupo están los economistas, famosos por predecir muy regularmente, para luego salir a explicar, por qué no sucedió todo aquello que se había proyectado.
Es un juego de apuestas, con amigos y enemigos, pero es lo único que existe en el área de la economía: las proyecciones y las probabilidades. El diario EL PILÓN, con motivo de la finalización de un año, 2022, y la incertidumbre por lo que nos depara el 2023, preparó de manera especial un balance de la economía, en el año que termina, y proyectar, según los modelos económicos, lo que nos depara el que se inicia. No es un ejercicio preciso, son solo escenarios de probabilidades estadísticas.
CIFRAS Y ESCENARIOS…
No obstante, estas cifras y estos escenarios, son insumos que le sirven a las empresas, al Gobierno nacional, y a los gobiernos territoriales, y a las familias y personas, para atisbar elementos de ese panorama económico.
Para nuestros abuelos, eran las cabañuelas, al iniciar el año, con el comportamiento de algunos pocos días, podían predecir, un poco, el comportamiento de las lluvias en el período que se inicia.
¿QUÉ HAY?…
Hay de todo…, como en botica: guerra, no se nos olvide, aunque el mundial de fútbol la eclipsó como noticia. Posible desaceleración de la economía global; crisis aquí y allá. Europa y el mundo sufren las consecuencias de la invasión de Rusia, bajo el liderazgo de Putín, a la pequeña Ucrania, cada vez más cercana al bloque de la Otán. Otra versión de la guerra fría…
Está China, ese gigante medio dormido, que cuando aumenta su consumo de algún producto desequilibra los mercados mundiales, pasa con muchas materias primas, entre ellas el petróleo y el carbón, tan importantes para nuestra sufrida Colombia.
Europa, el viejo continente, en otra hora poderoso, ahora sufre, insistimos, los problemas del conflicto Ruso-ucraniano, las limitaciones en el suministro de energía, una crisis humanitaria y problemas en logística y transporte, todo lo cual impacta sus economías nacionales, en mayor o menor medida, y eso afecta a Estados Unidos, a la misma América Latina y al resto del mundo. Es la cuenta de cobro de la globalización.
“2023 será un año más difícil para la economía mundial. La tercera parte del mundo vivirá una desaceleración”, ha explicado la directora del FMI (Fondo Monetario Internacional), Kristalina Giorgieva.
VARIABLES FUNDAMENTALES
En esta ocasión vamos a revisar el comportamiento de algunas variables fundamentales: inflación, desempleo, producto interno bruto, lo que se espera en materia de inversión, consumo y otros componentes de un rompecabezas del cual no conocemos el conjunto, lo reiteramos, solo algunos elementos. Son cifras proyectadas por los equipos económicos del Ministerio de Hacienda, el Banco de la República, Fedesarrollo y Anif, y de la redacción del mismo diario EL PILÓN.
INFLACIÓN, EL DOLOR DE CABEZA…
El fantasma de la inflación ha sido uno de los principales dolores de cabeza de todos, en todo el mundo: gobiernos, empresarios y trabajadores. Las cosas suben de precio, la plata cada vez alcanza para comprar menos y… todo el mundo se queja.
La definición técnica: inflación es el aumento generalizado y sistemático del nivel general de precios de la economía. En últimas, la plata no alcanza. Como dice la canción ‘El estanquillo’: “Cuando llego al estanquillo, yo no sé lo que me pasa me siento roto el bolsillo, la plata se vuelve nada…”
Aun cuando, al momento de escribir este artículo no había sido publicado el dato de inflación por parte del DANE, la autoridad estadística del país, el Director de Fedesarrollo estimaba que la inflación podría aproximarse al 12,3%, teniendo en cuenta el comportamiento de la inflación de alimentos y la coyuntura económica internacional, incluyendo el tema del dólar que afecta el valor de los alimentos y demás bienes importados. Fedesarrollo estima una tasa de inflación aproximada al 7-8 por ciento en 2023, a pesar de que se espera un primer semestre un poco complicado. Estas cifras de inflación, son con el indicador del IPC (índice de precios al consumidor), que mide y certifica el DANE.
En materia de inflación, se muestra optimista el ministro de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Ocampo Gaviria, en entrevista con Yamid Amat, para el diario El Tiempo. Ocampo espera una reducción de la inflación en 2023, y que con esa misma reducción bajen las tasas de interés; es decir una moderación en el costo del dinero. Esta decisión es de la Junta Directiva del Banco de la República, donde el ministro de Hacienda solo tiene un voto. (Ver la entrevista de Yamid Amat, al Señor Ministro de Hacienda y Crédito Público, El Tiempo, Diciembre 31/2022).
DESEMPLEO A LA BAJA…
El país cerró el año con un poco de optimismo, en materia de empleo. La tasa de desempleo bajó al 9,5 por ciento, según las encuestas del DANE. Esa cifra indica que, en el último año, aproximadamente 412 mil personas encontraron puestos de trabajo.
En Noviembre del año pasado, esa tasa de desempleo se ubicaba en el 11,% por ciento. Esto es coherente con ese dinamismo económico que presenta el PIB; sin duda, se trata de una buena noticia y ojalá se registre un comportamiento similar en diciembre de 2021.
No obstante, ciudades como Valledupar, nuestra querida capital, registraron en noviembre una de las tasas de desempleo más altas del país: 14,5 por ciento. Una tasa similar a Florencia, Caquetá. Y solo superada por Quibdó, con 24,5%, Riohacha con el 16,7 por ciento e Ibagué con el 15,5 por ciento.
Estas cifras muestran que ese mejoramiento de la economía, medido por su PIB, no es parejo y se concentra en las grandes ciudades: el llamado triángulo de oro: Bogotá, Cali y Medellín; y que ciudades intermedias, como Valledupar y Riohacha, requieren estrategias específicas y locales para luchar contra el flagelo social de la falta de trabajo, un grave problema económico y social; finalmente, aún con esa tasa de 9,5 por ciento el país presenta un altísimo desempleo abierto que afecta a más de dos millones y medio de personas.
UN PIB DINÁMICO
En el 2022, a pesar de todos los problemas, y la misma incertidumbre política por las elecciones de Congreso y de Presidencia de la República, el año que termina podría cerrar con un crecimiento entre el 7 y el 8 por ciento, lo que es una buena cifra. Al fin y al cabo, Colombia es el país del Sagrado Corazón de Jesús y nuestra economía tiene, allá en el cielo, unos ángeles que la protegen. Y aquí en la tierra son: la diversidad geográfica, el trabajo de la gente, de sus empresas, y sus políticas económicas, que algunos llaman de “nadadito de perro”, con prudencia y gradualidad.
Los pronósticos de crecimiento para 2023 presentan un rango alto: desde 1,5 por ciento, los más escépticos, hasta 2,5 por ciento, los más optimistas, entre estos últimos el ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo. (El Tiempo, Ocampo en Entrevista Yamid). Ojalá, ni más faltaba, se de ese optimismo del ministro Ocampo, que debe tener muy buenos fundamentos económicos. Quién puede tener las mejores cifras sino el Ministerio de Hacienda, el Banco de la República y el Dane. Ellos tienen las cifras y – en principio- los periodistas y analistas le creemos. Claro, están los centros de pensamiento: Anif, Fedesarrollo, Cede, los centros de estudio de las universidades y los analistas particulares.
Para 2023, en el mundo se habla de desaceleración. Palabreja que significa que la economía crece, pero crece a un menor ritmo del período anterior. Con las cifras que hemos visto, Colombia estaría en un proceso de “desaceleración”, es decir en 2023 crecerá (al 1,5 o al 2,5 por ciento), evidentemente una tasa menor al 7%-8% por ciento del 2022. Es decir, caminamos hacia un proceso de desaceleración.
MÁS IMPUESTOS
EL año que se inicia, 2023, será un año de más impuestos. Desde enero ya se está sintiendo, aumentó el impuesto al consumo de alimentos en los restaurantes y bares, al entrar a regir el famoso “impo-consumo”, que se había suspendido con motivo de la crisis de la pandemia Covid 19. Ya se están sintiendo, también, los aumentos en las tarifas de los tiquetes aéreos, los arriendos, y muchos otros bienes y servicios.
Entró a regir la Reforma Tributaria Petro-Ocampo, supuestamente para aumentar el gasto social. Además, Ocampo ya ha anunciado, para este año, una Reforma Tributaria de los impuestos de departamentos y municipios, y dudamos mucho que, ya en proceso de reforma en el Congreso de la República, gobernadores y alcaldes dejen sus impuestos como están. Luego, entonces, “blanco es y gallina lo pone…”: tendremos un aumento de los impuestos territoriales en 2023. Habría que esperar más impuestos en este año que se inicia.
DÓLAR, QUIEN ADIVINA…
La volatilidad del dólar fue otro de los dolores de cabeza en el año que acaba de terminar. En efecto, la moneda verde norteamericana, en pesos colombianos osciló entre los $4.300 pesos por dólar, hasta los $5.000 pesos por dólar. En verdaderas jornadas de infarto.
Esa variabilidad, reflejaba tanto la difícil y compleja coyuntura económica internacional, sino también factores propios de Colombia, como el precio del petróleo, el carbón, y el café, también, que siguen siendo nuestras principales materias primas de exportación. Las elecciones presidenciales, por su parte, también aportaron lo suyo, y se estima que, en parte, la elección de Gustavo Petro causó nerviosismo en el mercado interno del dólar.
Para 2023 se espera una tasa de cambio más tranquila, y hay motivos para el optimismo, según las proyecciones y expectativas del ministro de Hacienda, José Antonio Ocampo Gaviria. Ocampo espera un dólar que se estabilice alrededor de los $4.400, en promedio. En este complejo tema de la tasa de cambio, lo mejor es la máxima precaución y los exportadores, importadores, grandes empresas y gobierno tendrán que protegerse ante la volatilidad de la moneda americana, en el mercado colombiano.
ALGUNAS CONCLUSIONES…
Nos espera un año complicado en materia económica. 2023, en el mundo desaceleración, internamente una inflación a la baja, un mejor crecimiento y un año electoral, que mueve muchos negocios, como ya lo hemos reiterado.
Obviamente, buena parte de la dinámica económica de Colombia depende de lo que ocurra en el mundo. En EE.UU, con las decisiones de la FED sobre las tasas de interés de ese país que afecta el comercio y las finanzas en el mundo. Será necesario estar atento a los precios del petróleo, el carbón y el café, nuestros productos básicos. También el clima influye mucho en la economía, cuando llueve es buena la producción de alimentos, cuando hay sequía, sucede lo contrario. En el Cesar y La Guajira, nuestra agricultura y ganadería dependen, en buena parte, del régimen de lluvias. Unas serán de cal y otras de arena, como dice el refrán.
ELECCIONES REGIONALES: LA POLÍTICA MUEVE LA ECONOMÍA
Buena parte de la economía del país estará pendiente de la política, por ser 2023, un año de elecciones territoriales: con la elección de gobernadores y alcaldes en octubre de este año. En ese orden de ideas, los primeros diez meses del año se irá en campaña electoral, con lo bueno y lo malo que esto genera. Lo bueno, la política dinamiza muchos negocios: publicidad, transporte, logística; etc.
Y los gobernadores y alcaldes salientes, con el fin de mostrar resultados, agilizan sus obras y la entrega de las mismas. Desde ya, se están presentando renuncias en el Congreso de la República, senadores y representantes actuales que, para no inhabilitarse, han renunciado a sus curules para aspirar a gobernar departamentos y municipios. Ya son varios los aspirantes a las principales alcaldías del país: Bogotá, Medellín, Cali, Barranquilla. Y, también en Valledupar y el Cesar está prendiendo motores la actividad política, que es expansiva desde el punto de vista económico. Muchos negocios se mueven, positivamente, al vaivén de la política. Amanecerá y veremos, dice el ciego.
Documentación: DANE- Departamento Administrativo Nacional de Estadísticas. Ministerio de Hacienda y Crédito Público. Banco de la República. Fedesarrollo. Anif. Diarios EL PILÓN y El Tiempo. Revista Semana y Dinero.