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Una voz fresca.

Por: José M. Aponte Martínez

El Doctor Hilario Añez Martínez, es un personaje de nuestro mundo político, social y deportivo, que se ha desempeñado con gran decoro en posiciones burocráticas y fue un buen Diputado por varios años, además es un billarista aventajado, que con mi hermano Rolando ha jugado partidos históricos, en donde casi siempre sale garrotiao, pues Rolando Juan es mucho mejor jugador que él, como del cielo a la tierra; también es socio del Club de Dominó del Obrero, que preside el maestro y Doctor Emel Cotes y tiene como presidente honorario al Ex magistrado Alfredo Larrazábal, asistido por el Chueco Daza, mi primo Alberto Amaya Aponte, Gustavo Carrillo, Orlando Ustariz y otros cuyos nombres omito por falta de espacio, en donde todos los días a partir de las 5 de la tarde enganchan en dos meses a jugar el dominó más aburrido del mundo, pues ahí, a diferencia de donde Fausto Cotes y Marcelito Calderón no se puede hablar ni una palabra, preguntar nada, ni hacer una señita porque el dominó “lo hizo un mudo”, pero aún así, muchos tienen sus mañitas porque no hay jugador de dominó que sea honrado, pues en ese juego la honradez no es una virtud sino un defecto que arruina a cualquiera; también Hilario es abogado y ejerce su profesión, pero nunca se ha ganado un peso de honorarios, pues siempre lo hace gratuitamente a cambio de voticos que le permitieron permanecer varios períodos en la Asamblea Departamental.

Por todas esas cosas el Doctor Añez es un hombre conocido ampliamente en el Departamento y en el país y goza de mucha consideración y prestigio, acrecentados hoy por su última ocurrencia: decidió mostrarse como cantante de vallenatos y grabó un pequeño CD con 4 canciones, acompañado de Wilber Mendoza, el nuevo Rey Vallenato del Acordeón, que lo ha llevado a la cima de la fama y ya está plantado de igual a igual al lado de los eximios Tomás Alfonso, Jorge , Diomedes e Iván, sin meter a Silvestre, porque Silvestre, es Silvestre y punto.

Cuando estrené el CD en compañía de mi hermano Augusto en mi carro, oímos Tiempos Idos, el mejor merengue que tiene la música vallenata de Alfonso Cotes Queruz, mi inolvidable padrino “Poncho Cotes” y Tico como le dicen a Augusto, que poco sabe de acordeón me dijo: carajo, pero Poncho se conserva, ahí tiene la voz más sonora y fresca, que bonita canción y cuando seguidamente interpretó los Tres Monitos del también inolvidable primo Rafael Escalona, emocionado Tico casi me ordenó que lo llevara a conseguir ese CD y cuando llegamos a Galería encontramos a los Doctor Jaime Barros y Héctor Ibarra, Norberto Romero, El Negro Baute, Lino Calderón, Ivo Pareja y un chorro de gente amiga que nos dijeron: ustedes también están en las mismas, buscando el disco de Hilario, pues les contamos que está agotado, pero un muchacho está buscando unos, pero los vende no a dos mil, sino a diez mil y fue cuando le expliqué a Tico que el cantante no era Poncho, sino Hilario Añez con un nuevo estilo, con quien estuve en el aeropuerto ayer y tuvo que irse por el acoso de la gente, mujeres más que todo pidiéndole autógrafos.

¡Carajo!, se acabó el espacio, pero felicitaciones Yayo.

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