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Por una Valledupar limpia

El alcalde de Valledupar, Augusto Ramírez Uhía, ha dicho que en sus primeros seis meses de gobierno ha llegado con la zanahoria a las comunidades pidiéndole que cumplan las normas y las leyes para hacer de la ciudad un entorno amable.

Muchos ciudadanos han entendido el mensaje y apoyan, pero otros, tal vez la mayoría, son indiferentes y dan muestra que poco les interesa el estado y las condiciones en que está la ciudad. Con estos ya está bueno de la estrategia de la zanahoria, es oportuno aplicar la ley.

Es un buen gesto el reciente pacto ciudadano que hizo la administración municipal a través de su Programa de Cultura Ciudadana, para limpiar visualmente a la capital del Cesar. Es increíble que en un primer barrido los funcionarios de este programa junto con su equipo de trabajo encontraran 800 avisos pintados en paredes, muchos de estos de candidatos que aspiraron a un cargo popular en campañas recientes y otros de hace varias vigencias que olvidaron borrar sus anuncios, quizás porque perdieron la elección.

Ni qué decir de los artistas de la música vallenata y sus seguidores que con cada nuevo trabajo musical pintan la ciudad de norte a sur, para hacerle promoción. Esto sucede en paredes, pero también en postes y sitios públicos, donde con cada evento multitudinario llegan los carteles y afiches, que nunca retiran.

El pacto ciudadano es una buena figura, pero le falta el marco jurídico, que sientan los infractores que no cuidar a Valledupar tiene sanción, así como ocurrió hace varios años cuando un alcalde de turno prohibió la instalación de pasacalles, a partir de ahí esa vieja práctica contaminante desapareció.

El alcalde Uhía dijo que permitirá más murales y afiches, ni en época  electoral, ni para el lanzamiento de los CD de cualquier artista, porque nunca cumplen con el deber de volver a blanquear las paredes, e invitó a las personas ávidas de hacer publicidad a que utilicen otros medios de difusión exterior, como las vallas publicitarias o los mupis. De hecho esto incrementaría el recaudo de impuestos por avisos y tableros, que por cierto después de que desapareció la concesión de Amoblamiento Urbano no se ha sabido cómo se maneja el tema en el municipio.

Invitamos a los ciudadanos que habitan en Valledupar, a los nativos de esta tierra y a los que han llegado en búsqueda de un mejor vivir, a que contribuyan a mantener limpia la ciudad, a que la quieran y la sientan como propia, a que no sean indiferentes y trabajen por ella. Borrar sus avisos es un paso.

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