Hoy registramos en nuestra portada y páginas interiores la tragedia de tres familias que perdieron a sus seres queridos en un lamentable accidente vehicular en carreteras del Cesar. Cuatro víctimas, entre ellas una niña de año y diez meses de edad, es el saldo de este siniestro en la vía que de Codazzi conduce a Valledupar, en el sector de San Diego.
El choque de una ambulancia es el hecho. Sus víctimas, los ocupantes, pretendían llegar a un centro asistencial de Valledupar para restablecer la salud de la pequeña. Murieron la niña María Belén Olmedo Martínez, quien era remitida desde Pailitas; su madre, Kelly Johanna Martínez Orozco, de 23 años, y la auxiliar de enfermería, Yarimes Castillejo Pontón, de 38 años.
Una Navidad terrible para todos y por esto nuestras condolencias. Pero, en medio del dolor que enluta a estas familias y nos entristece a todos los cesarenses, debemos cuestionarnos por varios aspectos que rodean este fatal accidente ocurrido a tempranas horas de ayer.
Deben las autoridades de salud del departamento escuchar atentamente la queja de una familiar de la niña y su madre, ambas fallecidas. La niña era trasladada desde Pailitas, según la denunciante, por una fractura en un dedo.
¿Una lesión de este nivel requería un traslado desde el sur hasta el norte del Cesar en ambulancia? Sobre este aspecto esperamos respuestas, y si hay justificaciones para tal remisión queremos comunicárselas a nuestros lectores.
No es la primera vez que una ambulancia sufre accidente y mueren ocupantes. Ni más faltaba, no pretendemos en este diario desconocer que un vehículo medicalizado al fin de cuentas es eso, un vehículo, y que como cualquier otro está expuesto a los accidentes. Pero como es de rigor, deben las autoridades del Cesar, del sector salud, indagar sobre los porqués de este accidente que cobró nada menos que cuatro vidas.
El conductor en un estado de somnolencia es una de las hipótesis, así como exceso de velocidad y el fatal ‘microsueño’, son aspectos que ya están en investigación y requieren prontas respuestas. De saberse que nada de esto es la causa del siniestro también debemos hacerlo saber, pues el objetivo es hallar la verdad.
Es importante extremar las medidas. Sabemos que los protocolos de traslado a pacientes son rigurosos, tanto a nivel mecánico como en el ámbito de la eficiencia humana; los paramédicos y personal asistencial deben trabajar en las mejores condiciones.
Una falla puede ser fatal, tanto de un factor como del otro.
Estaremos atentos a hacerle seguimiento a esta lamentable noticia, para que los perjudicados tengan las respuestas, no solo por este hecho sino también por los altos niveles de prevención que deben establecerse.