X

Una separación anunciada

Por: Jorge Naim Ruíz

El pasado martes, el acordeonero Juan Mario de la Espriella anunció, por medio de su cuenta de twitter, que se rompía la relación laboral y la unión artística con el cantante Silvestre Dangond, por decisión de este último. El trino original de Juancho decía así: “Bueno les informo oficialmente que @SilvestreFDC toma la decisión de irse con Rolando Ochoa, y romper la agrupación conmigo”

Luego vinieron otros que dicen: “Es su decisión, y yo respeto lo que él hace y quiere, tema que se venía barajando desde hace tiempo por debajo de cuerda” “Que @SilvestreFDC asuma su decisión ante los seguidores, y ponga frente a lo que el mismo venía tramitando desde meses atrás” “Soy claro y serio en decir que esto se venía fraguando meses atrás y no era secreto de ninguno, que @SilvestreFDC asuma lo que hace y decide”

Lo primero que debo decir es que queda claro que existía un profundo malestar en Juan Mario por los insistentes rumores y algunas expresiones de Silvestre en el sentido de que le gustaría hacer equipo con Rolando Ochoa; es tanto como si un jugador actual del Junior manifiesta públicamente que quiere hacer parte de Millonarios; eso nos lleva a la conclusión de que quien rompe la relación es Juan Mario y no Silvestre; claro que podríamos concluir también que “Juancho” tomó la decisión debidamente justificada, luego de rebosársele la copa, como se dice coloquialmente.

Silvestre Dangond es un artista muy valioso y un ser humano excepcional, pero ha demostrado en su vida publica que tiene un carácter bastante voluble y una marcada inestabilidad emocional que puede ser el origen de este conflicto, él ha dicho que últimamente se siente aburrido, triste y agotado, uno no entiende como un artista que se encuentra en la cúspide de la fama, que obtiene disco de platino con su más reciente trabajo, que hace más de treinta presentaciones en un mes, que los teléfonos de su manager se mantienen ocupados permanentemente, manifiesta aburrimiento y monotonía.

Silvestre ha dicho que la crisis viene desde hace tiempo, que ellos vienen atravesando momentos difíciles hace rato, pero que él no ha tomado la decisión de separación con “Juancho” ni tampoco ha decido unirse a Rolando Ochoa, porque respeta y valora el éxito que este último ha alcanzado con Martín Elías; hay que creerle y por eso me parece que lo que Juan Mario ha debido anunciar es su renuncia a la agrupación de Silvestre y no como lo hizo, involucrando en el problema a un tercero, que puede, incluso, verse perjudicado con tal anuncio.

Dangond también ha afirmado que él se esmera por darle innovación y variedad a su espectáculo, pero que siente últimamente que lo que hace no es suficiente y que el grupo ha caído en la monotonía; a mí particularmente me parece que está muy bien que nuestros artistas oxigenen el espectáculo y que busque alternativas para alegrar a sus seguidores en sus presentaciones artísticas: eso es lo que se espera; pero también creo que a este muchacho al igual que a Diomedes se les va la mano constantemente en esta tarea; por ejemplo, ¿qué necesidad tiene Silvestre de emplear en tarima palabras y gesticulaciones obscenas, si eso no lo hace ni más, ni menos hombre; la verdad es que sus seguidores esperan de él todo lo contrario, que sea un ejemplo en todo sentido para las nuevas generaciones.

Esta semana ha ocurrido lo que se veía venir hace rato: la separación de estos grandes artistas de nuestra música; independientemente de quién tiene la razón o quién tuvo la culpa, lo que es un hecho indiscutible es que ya no están juntos y por eso los invito a no llorar sobre la leche derramada y más bien a buscarle soluciones al problema.

Para nuestra música vallenata, ambos seguirán siendo grandes artistas, de lo mejor que tenemos en la actualidad y con cualquier compañero que consigan, seguro les va a ir muy bien; sin embargo desde esta tribuna quiero hacer una propuesta dirigida a Martín Elías Díaz en el siguiente sentido, propicie una reunión cordial entre usted, Silvestre, Juan Mario y Rolando, y para bien de nuestro folclor ventilen la posibilidad de intercambiar acordeoneros, lo cual sin duda sería éxito rotundo para las dos agrupaciones pues todos sabemos de las afinidades existentes entre los cuatro.

Me tomo el atrevimiento de hacer esta insinuación porque realmente quiero que gane nuestra música y que ninguno de los involucrados salga perjudicado.

Mi amigo periodista Paul Bolaños me describió la situación así: “Hay duelo en el Valle por esa separación”, lo que indica que el folclor y la fanaticada al final saldrían perdiendo si alguna de las dos agrupaciones vallenatas con más acogida en la actualidad se desintegra.

COLOFÓN: En mi columna anterior había anunciado que continuaría en ésta, la evaluación de lo mejor en el vallenato durante el año que pasó, sin embargo los hechos y su importancia hicieron que postergara para la próxima semana la parte II del escrito titulado: Lo mejor del año que pasó.

jorgenainruiz@gmail.com

Categories: Columnista
Jorge_Nain: