Para nadie es un secreto la situación actual por la cual pasa el río Guatapurí que es la principal fuente de agua que tienen los vallenatos; sin embargo a muchos no parece importarles el estado en que se encuentra dicho afluente, pues siguen contaminándolo de manera inescrupulosa.
Para el director de la Escuela Ambiental del Cesar, Olmar Fernando Quintero existen una serie de propuestas que fueron planteadas en su columna en la revista ambiental Ecojugando.
Según el ambientalista, se debe nombrar un gerente, independiente que además sea carismático y con sentido de pertenencia hacia los recursos naturales.
También se hace necesario retirar todas las canecas de basura del balneario, para que cada quien se haga responsable de los desechos que genera.
Un punto muy importante que toca Quintero allí, es la sensibilización a los vendedores ambulantes a quienes “hay que meterlos en el cuento”, pues él asegura que ellos serán los más beneficiados en el momento en que el balneario se organice.
Del mismo modo se propone regular la música en los establecimientos comerciales hasta poder quitarla del todo para que solo se presenten grupos vallenatos en vivo; Quintero hace alusión también al estado actual de los kioscos, los cuales requieren otro diseño y él lo plantea como “una necesidad urgente”.
Aparte de lo mencionado anteriormente, hace un llamado para que el Pueblito Vallenato y el Parque del Helado sean entregados a una fundación legalmente constituida, que haya mostrado un trabajo social responsable en asocio con un ente gubernamental o una entidad comercial que le pueda dar un mejor uso.
Por último, dice que los entes gubernamentales deben comprar las tierras que están en la cuenca media y alta del río para que no se sigan talando y que el gerente del río debe ser elegido por voto popular de los usuarios del río y su salario debe ser sufragado por las entidades que se benefician del afluente.
En una parte de su columna en la revista Ecojugando, Olmar Fernando asegura que “el río no necesita que nadie lo limpie, él es limpio, los sucios somos nosotros; lo de la siembra es loable, pero lo que tenemos que sembrar son árboles en la mente de todas las personas, sobre todo en los niños. Lo único que necesita el río es enseñarle al niño que lo respete, con el adulto ha sido casi imposible pero hay que seguir intentando”.
Por Freddy Oñate Acevedo
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