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Una oportunidad para el Cesar

La situación económica del Cesar no es la mejor. Terminó el año 2022 (último dato publicado) como el séptimo departamento más pobre del país. Con una pobreza monetaria del orden del 51.9%. De los 1.350.000 habitantes del departamento, 700.000 de ellos —lo que es igual a Valledupar, Aguachica y Codazzi juntos— se encuentran por debajo del umbral de pobreza, que es de $1.600.000 para una familia de cuatro personas. 

Ahora bien, de esas 700.000 personas, 300.000 se encuentran en pobreza extrema y viven con 200.000 pesos mensuales cada uno/a, es población que se encuentra en miseria, el 21.7% del departamento. Es decir, hay una situación crítica de falta de ingresos o lo que es lo mismo de pobreza monetaria. Para ello es urgente generar fuentes de empleo, ojalá formal y decente. Hay que mirar hacia el emprendimiento, hacia la formación pertinente para el trabajo, hacia la creación de fuentes de trabajo. Lo único que mejora el ingreso es el empleo o autoempleo, la inversión productiva que genera puestos de trabajo. 

Por eso ha sido crucial y muy perjudicial para el departamento el cierre de las minas de Prodeco. Según la Cámara de Comercio de Valledupar, cerca de 5.000 personas quedaron cesantes, las regalías se disminuyeron considerablemente lo mismo que el impuesto de industria y comercio de los municipios mineros afectados.  Se ha pedido al gobierno nacional que asigne nuevamente los títulos mineros a nuevos operadores y el gobierno ha sido totalmente reacio y terco a dicha opción. Por eso los cesarenses venimos de todas maneras desde hace un par de años, hablando de una nueva economía para el departamento, la del post-carbón. Conociendo que vamos a seguir con el mineral, 10-15 años más, sin embargo, hay que empezar desde ya a diversificar, a mirar otras fuentes de ingresos y a meternos en una economía verde, incluyente y tecnológica. 

Una economía que genere puestos de trabajo, una economía en donde las personas estén en el centro del desarrollo y para eso vislumbramos una oportunidad en un crédito que sabemos que se está ofreciendo por parte del Banco Mundial a los departamentos del Cesar y La Guajira para reconversión productiva. 

Si no hay Plan A con el carbón, si no se quiere reabrir las minas que generan empleo, sería de ayuda un Plan B con una inversión ojalá de un monto considerable, a partir de un préstamo del Banco Mundial, en cabeza del Ministerio de Minas y Energía y avalado por el Ministerio de Hacienda. Sería ojalá un crédito para reactivar la economía del Cesar y ahí si darle aliento por lo menos, a lo que el gobierno llama el Corredor de Vida, que es una manera eufemística de llamar a los municipios del corredor minero que se están desangrando por falta de recursos fiscales y actividad económica. 

Un crédito de esa naturaleza que pague el gobierno nacional, le permitiría al Presidente Petro presentarse en nuestro departamento con algo en las manos, con una oferta para que, con la seriedad de un crédito bien estructurado, diseñado para reactivar la economía, tengamos una fuente de inversión que nos reanime.

Sin embargo, sabemos que las gestiones del crédito están apenas comenzando y hay que hacer fuerza desde el territorio para que el gobierno nacional lo asuma y lo gestione. El llamado es a nuestros parlamentarios, representantes y senadores, para que por favor hagan valer sus credenciales. La misma Gobernación debe hacer fuerza para ello y así tener un respiro para el Cesar. 

Como lo dijimos en publicación reciente la minera Prodeco producía 15 millones de toneladas anuales de carbón para exportación, lo que generaba cerca de US $ 4.500 millones para el país, unos 19 billones de pesos, toda una reforma tributaria. De allí una parte importante eran regalías, impuesto y compensaciones. Ojalá podamos reemplazar el componente que de esa torta le tocaba a los municipios y trabajadores de la región con el préstamo que se está gestionando.

Por CESORE – Centro de Estudios Socioeconómicos.

En alianza con El Pilón y Radio Guatapurí.

Categories: Económicas
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