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Una misa espectacular

Por: JOSÉ M. APONTE MARTÍNEZ

Voy a misa de vez en cuando, pero hay una que no pelo, el 18 de Septiembre en Villanueva, la de Santo Tomas, mi patrono y el patrono de mi pueblo y este año fui invitado, poniendo yo todo,  por Gladys y La Negra, las hijas de Goya, amigas entrañables y paisanas y salimos muy temprano, yo de chofer estimulado por un delicioso tinto, tibiecito como a mi me gusta que me brindo “Gayi”. En La Paz les compré almojábanas, en Urumita querían arepas, pero me hice el loco y no pare y después de 1 hora de buen viaje, amena y culta charla llegamos a la casa de Griselda, quien como siempre nos recibió con cariño, nos brindo café caliente y nos invitó a desayunar, ellas aceptaron y yo decline la invitación porque tenia compromiso con mi tía María Petronila Cuadrado, de desayunar allá una arepita limpia acompañada con carne guisada, a pesar de que en la parrilla había 60 arepas y en la estufa 4 calderos  con carne molida; uno, esmechada otro con salpicón, y guisada. En los restantes, a donde llegan sus retoños Betto y Mane, Luquitas, José, Fabián, Geo, Mito, Nando e Inesita quienes con sus 30 o mas retoñitos en un 2 X 3 arrasan con todo; ahí goce 15 minutos deliciosos, en familia y dejé espacio estomacal para un imprevisto.
Llegue a la plaza y pude observar que los villanueveros tienen las caras alegres y el espíritu retozón y hablan con alborozo de la buena administración  de su Alcaldesa, Claudia Gómez Ovalle, a quien de casualidad me las encontré enseguida y la felicité por su buena labor y le prometí visitarla para exponerle una inquietud que hace mucho tiempo tengo, me dijo que me esperaba y allá estaré después de las fiestas.
Entre a la iglesia y para oír bien la misa y escuchar las canciones me senté en una silla que después supe que era de los coristas al lado de Fanny Ferreira, de quien recordé fui alcahueta en sus amores con Darío Martínez y me pagaba por cada “papelito” que llevaba con una paleta, un merengue o una panocha, que siempre había en la casa de los Ferreira.
Comencé a oír la misa embelesado oyendo a Eduardo Martínez Ferreira, primero el himno a Santo Tomas, después Amar es Entregarse, Si me Falta el Amor y en la comunión Te Vengo a Decir, es un espectáculo digno de ver y oír, esa es mucha estaca de cantante y Fanny su mamá me dijo que esa voz la heredó del Doctor Ferreira, a quien yo jamás no le oí ni chiflar. El párroco en su homilía refiriéndose a Santo Tomas dijo que era un ejemplo de santidad, que amaba al prójimo, especialmente a los pobres, actitud que la feligresía debía de imitar. Ojala, pensé yo esto no les entre por un oído y les salga por el otro.
A la salida fue emocionante encontrarme con tantos amigos y familiares: Raúl Martínez “La Rana Blanca”, José Peláez “El Queyita”, Etilbia Orcasita, Nidia Oñate, Eneida Plata; Jesús Aponte Vanegas, que esta como un kiki; Monche Rosado con ganas de cantar Siboney, Jaime Luis y La Nena Orozco, El Profe Icho Olivella, Pirka Fragoso, Hugues Rosado, Dago en su silla de ruedas con el alma destrozada, Poncho Torcoroma, El Fogue Dangond, El Gran Cárdenas Quintero, Año Nuevo con un machete esboquinao buscando a Poncho Zuleta para que se lo renueve, El Chijongo y su hijita La Tama, Carlos Quintero y como dueño de orquesta Milo Maestre, quien comenzó su vida musical, ya prolífica como baterista de Reyes Torres y por ultimo mi tío menor Oscarito, sobreviviente de los 44 que tuvo Martínez, como cariñosamente le llamábamos a mi abuelo.
La ultima visita, la que nunca falla donde Cecilia Corrales a comprar los mejores dulces del mundo, yo compré, y La Negra y Gladys se despacharon con las ñapas, pues fueron directo al rincón de las cocas y se hicieron llenar como 6 o 7 de dulce caliente de toda clase.
En mi próxima columna me referiré al atraco de que fui victima en donde me despojaron, sin revolver y sin cuchillo, de varias pertenencias.

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