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Una mirada ambiental

En estos días las noticias ambientales para el Cesar no son tan buenas. La emergencia ambiental decretada en el río Cesar se une al llamado que hizo el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC) sobre los efectos que traen para el suelo cesarense los fenómenos climáticos. Y como si esto fuera poco, los peces del río Guatapurí, en su cuenca baja, están muriendo.

Son hechos que deben generar una reacción eficaz de las autoridades ambientales del departamento. Afortunadamente ya contamos con Secretaría de Ambiente del Cesar, que junto con Corpocesar y la ANLA (Agencia Nacional de Licencias Ambientales) puede hacer frente a los problemas que se presenten y motivar a otras instituciones a trabajar unidos para solucionarlos.
La Corporación Autónoma del Cesar acudió a la emergencia ambiental para atender los altos niveles de contaminación del río Cesar y se espera que las acciones propuestas se cumplan para recuperar el legendario cauce. Se espera lo mismo con el río Guatapurí, donde están muriendo peces sin saber el motivo. En Becerril también hay emergencia por la suerte que puede correr el río Maracas, que al parecer es afectado por la extracción de material de arrastre que realizan algunas empresas.

Si en nuestras riquezas hídricas hay problemas, por el suelo también. El Cesar figura como uno de los departamentos más expuestos a los fenómenos climáticos, por la forma en que se utiliza su suelo, según lo documentó un estudio realizado por el Instituto Geográfico Agustín Codazzi (IGAC).
El departamento del Cesar es la cuarta región con mayor riesgo, luego de Sucre, Atlántico y Magdalena. El problema es que el suelo cesarense está deteriorado por el uso indiscriminado del recurso y puede empeorar en la época de verano que atraviesa el país. La sobreutilización y subutilización de sus suelos son los generadores de estos riegos.

Por eso es importante que las entidades ambientales, los líderes políticos, los gobernantes y los gremios comiencen a mirar de manera integral el factor ambiental, del cual depende la vida y la producción económica en el departamento. Estos llamados de atención que hace la naturaleza no deben atenderse de manera tibia, sino con toda la fuerza que requiere.

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