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Una lectura nueva a ‘Santa Bárbara de Las Cabezas’

La historia de la ‘Hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas'.

Pensar la investigación de ‘Santa Bárbara de Las Cabezas’ lograda por Adolfo Meisel Roca, conlleva a profundizar cómo repensarnos a nosotros mismos y al país que se ha vivido. 

La dinámica, y el conflicto de la tierra que históricamente ha tenido la nación y que a través del entramado de la extinta ‘Hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas’, más allá de descubrir información de datos historiográficos sobre fechas, población, extensión del territorio, y el número de ganado, que constituyen elementos de seriedad en la investigación de Meisel Roca, por el tiempo y esfuerzo significativo invertido, involucra desde la entrada y hasta el fondo analizar el más allá de lo historiográfico para entender otras miradas sobre las causas y consecuencias subyacentes de ese retrato de país que sigue latente con la misma historia: el conflicto y la violencia como consecuencias de la apropiación de la tierra, como fue en Santa Bárbara de las Cabezas la esencia del campesino de muy poca educación, su mundo social. 

¿CÓMO Y POR QUÉ LA TIERRA DE LA HACIENDA EN ESE LUGAR SE CONSTITUYE EN UN FACTOR MATERIAL? 

Si fue verdad que la expresión tierra se les hizo sentir como fuerza espiritual al campesinado, y si estos fueron objeto de esclavitud o explotación (Orlando Fals Borda, Formación del Mayorazgo de Santa Coa), qu definió sus vidas en las máximas garantías constitucionales; los conflictos surgidos entre las relaciones de los trabajadores de raigambre campesina con los propietarios latifundistas, porque no todo debió ser color rosa. 

LA RIQUEZA GANADERA DE LA REGIÓN

En la investigación de Meisel Roca se describe la riqueza de la ganadería y deja ver que los hacendados tenían una clara conciencia de clase (Fals Borda), con el cual se analiza como fue el epicentro social de los campesinos al interior de la hacienda, las contradicciones surgidas, y de su entorno territorial; en el contexto de las relaciones entre propietarios y trabajadores tuvieron que surgir sucesos, que es la razón de ese mundo que estaba emergiendo. 

Estamos hablando de los saberes (cultura popular), las contradicciones por las debilidades culturales del campesinado, el conflicto social, las tensiones políticas, el tipo de sociedad, propietarios de grandes riquezas expresadas en tierras, casas, esclavos y dinero. El juego en la moralidad pública, el valor de las fuentes espirituales de la tierra, y del río Magdalena y río Cesar como fuentes hídricas de alimentación más cercana, el paisaje con las aves, como elementos del ecosistema natural.

¿CUÁLES FUERON LAS CONSECUENCIAS DEL CONFLICTO QUE HUBIERAN PODIDO SURGIR AL INTERIOR, Y CON LA GENTE DE LOS PUEBLOS VECINOS? 

¿Cómo se atendía las necesidades en salud?, ¿sí hubo seguridad social del campesino trabajador en ese momento, que en la historia del país no se ha dado sistemáticamente?. 

En fin, muchas situaciones que nos ponen a seguir pensando ¿en qué repercutió la hacienda de “111.000 hectáreas, y entre unos 25.000 y 35.000 cabezas de ganado”, en el desarrollo de los pueblos vecinos? (Astrea, El Paso, Chimichagua, Chiriguaná, y Bosconia, entre otros), y que según Fals Borda los “hacendados ejercían una fuerza política regional relativamente eficaz para defender sus intereses”.

Meisel Roca, afirma que “Santa Bárbara de Las Cabezas, se encuentra ubicada hacia el sur del departamento del Cesar. A mediados del siglo XVIII. Los Santa Coa fundaron la hacienda como la mayor ganadería en toda la región, por extensión y por el número de reses que tuvo. Los descendientes del segundo Marqués de Santa Coa, Julián Trespalacios, heredaron la hacienda ‘Las Cabezas’, como se le llamó más adelante. Dicha hacienda se conservó en manos de los descendientes de Trespalacios hasta mediados del siglo XX.

Por los pasillos coloniales de Mompox le pregunté al maestro Adolfo cómo se desarrolló la seguridad social y la democracia hacia los campesinos del sector, y como trabajadores de la hacienda. Conocemos que el retrato que hemos tenido del pasado ha tendido a ser subjetivo, otras veces distorsionado de la cronología de la historia, también indiferente al análisis y en la apuesta de una formulación de propuestas científicas derivado de la investigación histórica, ante el conflicto que ha tenido la humanidad, que no riñe para asumir propuestas a soluciones del mismo, como fórmula de una mentalidad de análisis y de cambio.

Podríamos entrar en ese hondo mundo imaginario de ‘Santa Bárbara de Las Cabezas’, un nombre misterioso, como si sus vivientes del pasado deambularan por el laberinto de las cavernas, por ese trasegar de los esclavo y el campesinado, que sin educación forjaron una lucha muy fuerte de supervivencia, y que dentro del realismo imaginario trae la metáfora del ‘Siervo sin tierra’, cuya novela de la tierra subrayó al campesino como personaje central con su espiritualidad y cultura, sus conflictos “necesarios” de tipo económico, social, psicológico, y religioso, que se resumen en la historia de Colombia, y al interior de ‘La Santa Bárbara de Las Cabezas’, como protagonistas, sus pasiones y sus crisis.

Si la ‘Hacienda Santa Bárbara de Las Cabezas’ según Adolfo Meisel tuvo una repercusión económica y cultural por la dinámica social y política, por el lugar de su ubicación debiera tener un acontecimiento simbólico por la esencia espiritual y económica de la tierra y el olvido histórico del campesino como fuerza central del sostenimiento de la hacienda, que implica ofrecer la oportunidad de poner en práctica una nueva lectura como balance del antes y el después, que obligue al diálogo con otras mentalidades de cambio sobre la valoración de la dignidad y los derechos humanos.

POR RICARDO ARQUEZ BENAVIDES/ ESPECIAL PARA EL PILÓN.

Categories: Cultura
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