De vez en cuando es bueno echar un repaso de la historia patria colombiana, El pasado jueves 20 de julio se cumplieron 213 años de la independencia de nuestra nación.
En esta fecha, Día de la Independencia de Colombia, el Ejército Nacional, en conjunto con las demás entidades de las fuerzas armadas, todos los años acostumbra a hacer un majestuoso desfile en el que se exhibe todo el potencial con que cuenta el país para defender y preservar la soberanía nacional, es un acto muy llamativo que convoca a la familia completa, en especial a los niños que en su mayoría suelen despertar admiración por nuestros soldados.
En Valledupar el recorrido inició desde la plazoleta de la Gobernación del Cesar, donde se realizaron diversos actos en honor a todas las fuerzas armadas, programación que se extendió hasta las horas de la tarde con diversas actividades deportivas en distintos escenarios de la ciudad.
A manera de recorderis, la Independencia de Colombia fue el proceso que acabó con el gobierno que España ejercía en territorio colombiano, allí sucedió el famoso incidente del florero de Llorente, el 20 de julio de 1810. Para llegar a ese momento se dieron varias batallas previas, pero posterior a eso la guerra continuó hasta el 7 de agosto de 1819.
Lo cierto es que la guerra no terminó ese 7 de agosto de 1819, porque hoy, 213 años después, dicen los historiadores que Colombia “no ha dejado atrás la violencia ni la pugna política y cultural sobre los pilares del Estado”.
Se rescata que son 213 años de vida institucional con autonomía de gobierno, pero dependiendo mucho de la agenda internacional, en especial de Estados Unidos, país que ejerce influencia en las grandes decisiones de carácter económico.
Pero más que analizar la situación actual y el devenir histórico de Colombia, en esta fecha se hace énfasis en lo simbólico y se desarrollan muchos hechos que ya son una tradición, entre ellos el inicio de sesiones del Congreso de la República, instalación de su nueva mesa directiva y se anuncian las líneas gruesas de su agenda legislativa frente a los temas prioritarios del Gobierno nacional.
En contraste con todo esto, analistas e investigadores piden a la Academia de Historia, Ministerio de Cultura y al Banco de la República, entre otras entidades, que esta fecha no sea solo para honores militares y para la simbología tradicional, sino que también sea aprovechada para hacer una amplia pedagogía en cuanto a los aspectos de la diversidad cultural, geográfica y política “del complejo —y para muchos inconcluso— proceso independentista colombiano”.
Dicen los historiadores que esos asuntos son claves para entender mejor todo el proceso de la independencia que, según ellos, “no suelen entrar en el relato histórico que, en términos generales, los colombianos reciben en la escuela y de parte del Estado”.
Entre los historiadores no hay unidad de criterios en cuanto a hechos, fechas y el momento exacto del grito definitivo de independencia, pero todo eso hace parte de lo interesante que resulta adentrarnos en los puntos hasta ahora desconocidos de nuestra historia. Un tema para revisar por parte de las instituciones educativas del país.
La costa Caribe, incluida Valledupar y su entorno regional, fue protagonista del proceso independentista, ese es otro capítulo que debería comenzarse a contarse en el Día de la Independencia de Colombia.