Aunque cada cierto tiempo se anuncie con bombos y platillos la expedición de normas orientadas a fortalecer los mecanismos de prevención, investigación y sanción de actos de corrupción y que busquen la efectividad del control fiscal y disciplinario, lo cierto es que en el nivel territorial a las contralorías y a la procuraduría no se les conocen mayores resultados.
De la configuración de ‘hallazgos fiscales’ y de la apertura de procesos de responsabilidad
fiscal’ en la Contraloría Municipal de Valledupar, en la Contraloría Departamental del
Cesar y en la Gerencia Departamental de la Contraloría General de la República (CGR) , pocón, pocón.
La vigilancia de los recursos públicos de la Nación, del Departamento del Cesar y del Municipio de Valledupar, se vuelven enunciados.
Estos, los ‘hallazgos fiscales’ o apertura de ‘procesos de responsabilidad fiscal’ no son suficientes: esperamos acciones, llámense ‘auditorías’ con hallazgos fiscales, ‘fallos’ con responsabilidad fiscal, en fin, un proceso de control donde participe la ciudadanía.
La CGR cuenta con una gerencia en el Cesar manejada por un gerente departamental y dos contralores provinciales más un Contralor Provincial para las regalías y un Contralor Provincial para la Participación Ciudadana; los cuales despachan desde el Piso 5º del Edificio Pumarejo Cotes.
Lo que se comprometa en Cesar o en sus municipios, de dinero de la Nación, de Regalías y del Sistema General de Participaciones, en salud y educación es de observación de la CGR y para eso tiene su brazo avizor aquí mismo. Recordamos de la gestión de Edgardo Maya Villazón en la CGR y las veedurías ciudadanas el impulso a la terminación de la ejecución contractual de la sede de la Universidad Nacional, de la vía el Zanjón – Pueblo Bello o del Hospital Regional José David Padilla Villafañe en Aguachica; y
anhelamos una CGR que, desde el control fiscal participativo, conmine a que funcione la “Casa en el Aire”,(lo que inició Daniela Pumarejo al final de su cargo en la gerencia junto a los otros órganos de control), o que se proteja el río Cesar desde la estrategia “Miremos al río Cesar” con Marta Lúquez a la cabeza, como funcionaría de la Contraloría Delegada para la Participación Ciudadana de la CGR; funcionarios pendientes
de las regalías en los municipios mineros y que no se le corran a hacer control fiscal a los recursos provenientes de los OCAD – Paz.
De otro lado, hablando de las contralorías territoriales, la Contraloría Departamental del Cesar, elegida por la Asamblea, ni fu ni fa. No se le conocen resultados y los rumores de corrupción no le ayudan. La Contraloría Municipal de Valledupar, hasta ahora se le conoce la voz con la actual contralora.
Borrón y cuenta nueva tiene Carlos Hernán Rodríguez de mostrar como Contralor General, que le interesa el Cesar con imparcialidad y honestidad, independientemente de quién, gracias a los compromisos
políticos, haya llegado a la gerencia departamental.