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 Una excelente oportunidad

El transporte de carga ferroviario es el más utilizado en el mundo, por ser seguro, rápido y amigable con el medio ambiente. No obstante, la suerte que ha corrido en Colombia no ha sido la más afortunada. Todavía se recuerda los Ferrocarriles Nacionales de Colombia, empresa ferroviaria estatal creada en 1954 y que fracasó estruendosamente por corrupción, clientelismo y garrafales errores administrativos, que en otra oportunidad comentaremos. Lo cierto es que Colombia transporta la carga en pesados camiones que contaminan, son lentos y costosos, costos que de alguna manera se trasladan al consumidor final.  Es hora de replantear esta situación y pensar nuevamente en el transporte ferroviario. En ese orden de ideas, consideramos de vital importancia desempolvar un viejo proyecto que significaría no solo la reactivación de la economía a través del transporte de carga ferroviario, sino el resurgir del departamento del Chocó, sumido en el atraso y la extrema pobreza, muy a pesar de que de sus entrañas se han extraído platino, oro y madera en cantidades inimaginables.

Pues bien, el Chocó tiene una ruta semiplana que comunica a Acandí con Juradó, dos municipios, el primero a orillas del mar Caribe, a 5 metros sobre el nivel del mar, y el segundo a orillas del océano Pacífico, a 7 metros sobre el nivel del mar, separados por 166 kilómetros, que se recorren en una hora cinco minutos. Construir un tren sería un proyecto que movilizaría la carga para el tema de las importaciones y exportaciones a que hubiere lugar. Ese tren puede ser adquirido y pagado por concesión a 20 años, con reversión en el mismo plazo al Estado. Las propuestas para este tren sobran, pues China tiene sus trenes de levitación magnética, al igual que Japón con su tren bala; Rusia, Canadá, España y Francia tienen los suyos. Es cuestión de voluntad política para iniciar los estudios de factibilidad. Se tendría un transporte de carga pesada, que comunicaría los dos océanos, y que sería una alternativa distinta a la del canal de Panamá, donde los barcos duran días anclados para poder pasar por el canal, permitiendo el tránsito de una sola embarcación a la vez. 

Darío Arregocés Baute

darioarregoces@hotmail.com 

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