Por: Gustavo Cotes Medina
Colombia cumplió con el compromiso y Cartagena se lució con la organización de la VI Cumbre de las Américas, que fue memorable y alcanzó gran resonancia. Aparte de la asistencia de los mandatarios y primeros ministros, acudieron a la convocatoria 700 empresarios regionales muy influyentes, que dejaron resultados concretos y le dieron fuerza a debates espinosos que parecían intocables y dormidos. El encuentro, polémico y sin temas vedados, le deja a Panamá una referencia muy alta para la VII cumbre en 2015.
La cumbre social mostró claramente los grandes desafíos de la Región que requieren acciones y decisiones políticas que no dan espera. América Latina redujo la pobreza en diez puntos porcentuales en los últimos diez años, lo que muestra un esfuerzo alentador, pero no es suficiente. La inequidad, el descontento social y los desastres ambientales, se pueden prevenir para que no sigan castigando en extremo a los más débiles y más necesitados.
La mejor inversión para superar el atraso de un país es la educación y la tecnología, y es aquí donde el sector privado, presente en la cumbre, debe jugar un papel protagónico para avanzar hacia una prosperidad social. ¡En las aulas de clase está el punto de partida!.
Además de los temas centrales de la VI cumbre, se dieron discusiones francas sobre la efectividad de la lucha contra el narcotráfico y se fijaron las bases para discutir en otros escenarios, la OEA, este candente tema, más allá de la represión. El caso de Las Malvinas y el bloqueo a Cuba, seguirán siendo temas de controversia. América sabe que tiene estar unida para superar sus apremiantes desafíos y defender sus intereses comunes. Se necesita sumar esfuerzos para empujar el carro en la misma dirección.
Colombia cumplió con las Américas, lamentando las ausencias de Ecuador y Nicaragua. Se debatieron todos los temas sin limitaciones que dejaron algunos resultados concretos en lo fundamental. El presidente Santos está mostrando ser un líder moderado y diligente que sabe muy bien tender los puentes para encontrar soluciones basadas en el diálogo abierto, el pragmatismo y la diplomacia moderna. En palabras del presidente Obama, “Colombia muestra que el éxito es posible”.
Obama y Santos anunciaron que el TLC entrará en vigor el 15 de mayo y el hecho se califica como una victoria para los dos países. Las oportunidades de vender al mercado más grande del mundo son inmensas, en condiciones preferenciales. Además, confirmaron que las visas de turismo y negocios, exigidas a los colombianos para viajar a los Estados Unidos, tendrán una duración de diez años. Según Santos, “los dos países pasaron de ser buenos amigos a convertirse en verdaderos aliados”.
La cumbre deja para Colombia un balance positivo y una vitrina inmejorable ante el mundo con una interesante Cumbre Social, el traslado a la OEA para diseñar una política antidroga, la adopción de un sistema interamericano contra el crimen, y una Cumbre Empresarial donde se definieron estrategias en defensa de la niñez desprotegida. Sin embargo, quedaron algunas sillas vacías y el rumor de quienes piensan que en esta Cumbre no se colmaron las expectativas existentes.
Se esperaban decisiones más de fondo y un mayor protagonismo de Obama que, estando en plena campaña presidencial, se cuidaba de desafiar a los republicanos. Sin embargo, el lunar más grande de la Cumbre fue el escándalo de los encargados de su esquema de seguridad.
Es el momento de pasar la página de esta Cumbre y esperar con optimismo la cita en Panamá de 2015, con el propósito de superar las ausencias notorias y abordar los temas que no se trataron en Cartagena. Muy rescatable fue la gestión del Presidente Santos para tender puentes buscando fortalecer la integración de los países de América. En Colombia, se abren las oportunidades porque ¡le llegó la hora al TLC, una apuesta para ganar!