Colombia pasa por una difícil coyuntura política, económica y social, sin lugar a dudas. La polarización política que vive el país, principalmente en los sectores de la llamada derecha, es decir los más próximos al establecimiento, léase entre Uribismo y Santismo, ha dividido la Nación de manera peligrosa. La coyuntura económica, la situación social presionada por la migración venezolana y la exacerbación de la corrupción, la crisis de la justicia, etc., constituyen un caldo de cultivo peligroso.
Esa polarización que se agudizó desde mediados del año pasado, que se ratificó en el referendo del 2 de octubre de 2017, ha seguido y el fraccionamiento ya ha pasado de lo político a lo social e inclusive ha llegado a lo sicológico. La gente está cansada de muchas actitudes de la dirigencia política.
Fue un avance que el proceso electoral del Congreso, se realizara en relativa paz y tranquilidad. Y ese grupo político surgido de la guerrilla de las Farc a duras penas sacó poco más de cincuenta mil votos. El país no se lo tomaron las Farc como pregonaban algunos.
Pero, ahora, en un poco más de dos meses, el país tendrá la primera vuelta para elegir al Presidente de la República, quien sucederá a Juan Manuel Santos Calderón, que cumplió dos periodos, es decir ocho años en el poder. Entre Uribe y Santos gobernaron dieciséis años. Tiempo igual al del Frente Nacional.
Creo que la mayoría de los aspirantes, hombres y mujeres, son personas que vienen del establecimiento político, conocidas por la gente y conocedores de los problemas del país. Pero, ante este abanico de aspirantes la posición de los medios y los periodistas políticos ha sido la más facilita: las encuestas de cada día. Con todo respeto y cariño lo digo, los medios de comunicación y principalmente los redactores políticos deben dejar de lado por un momento las benditas encuestas y cumplir su deber y hacer un esfuerzo por mostrar y evaluar la hoja de vida de los aspirantes a Presidente y Vicepresidente, revisar su trayectoria y –fundamentalmente- sus propuestas. Esto no es una carrera de caballos para decir quién va primero, de segundo o tercero. Es una competencia para escoger a quien mejor pueda conducir al país en la coyuntura difícil y antes descrita.
Poco o nulo favor le hacen los medios y los periodistas políticos a la democracia, si seguimos en esa carrera de caballos: según la encuesta tal hoy va adelante Juan con tal porcentaje, o Fulanito con tal otro, o María con este otro. No. Señores, varias veces lo he dicho desde esta tribuna, las encuestas son únicamente un instrumento de medición de la opinión pública, pero nunca sustituirán a la votación real y verdadera el día de las elecciones, el próximo 27 de Mayo. Esa es la verdadera democracia.
El abuso de tantas encuestas lo único que hace es confundir al elector, que debería estar revisando, insisto, las hojas de vida de esos candidatos a la Presidencia, en torno al problema del desempleo, el déficit fiscal, la crisis de la salud, la mejor calidad de la educación, la inseguridad, el problema ambiental de las distintas regiones del país, etc.
Con todo respeto y modestia invito a todos los medios y a los colegas a hacer un esfuerzo de pedagogía política y mostrarle a la gente: las propuestas de los candidatos, su trayectorias, sus lunares, que también los tienen, los intereses que han defendido, etc, y no las susodichas encuestas que no pueden remplazar a la verdadera democracia. Basta ya de tantas encuestas y miremos y comparemos las propuestas.