Una de las fiestas más queridas del año es la Navidad. Es un tiempo que nos encanta, nos llena de una ilusión y esperanza única, como si nos transportáramos del mundo terrenal a una fantasía paralela que nos ilusiona en un mundo venidero mejor.
Es el momento para compartir en familia, disfrutar de fiestas con grandes cantantes de la región, comer las delicias, de las que llevados por dietas y vida fitness, nos cohibimos durante los otros once meses del año, nos reencontramos con amigos de la infancia y decoramos con luces y pesebres nuestros hogares.
Pero quizás una de las tradiciones más esperadas en esta época es la entrega de aguinaldos; los regalos más comunes son los juguetes, la ropa y la tecnología. Sin embargo, este año me llamó la atención el alto número de solicitudes de libros como un gran regalo para alegrar los corazones cesarenses.
Es tristemente sabido que el departamento no hace parte de las regiones con mayor índice de lectura en el país. De hecho, Colombia en general tiene un índice muy bajo de lectura comparado a otros países de la región.
Durante todo el año un habitante del Cesar no alcanza a consumir ni siquiera 2 libros (el índice promedio en Colombia es de 2.7 libros por persona año), pero en este último mes del año, inesperadamente los hábitos de consumo del departamento tuvieron una gratificante modificación, aumentó significativamente el consumo por la lectura.
En las cartas al Niño Dios la lista de carritos, ‘chocoritos’, trompos y demás juguetes, se complementaron con cuentos de fantasías, cómics, y muchas historias más que encantan a los niños y jóvenes. Ya el libro no es solo para las tareas del colegio, o para los adultos que prefieren historias sobre políticos o hechos del pasado; ahora el libro es un medio para todas las edades y todos los gustos. Categorías como no ficción, negocios, liderazgo, bienestar, deportes y muchas otras, toman cada vez más fuerza en el gusto literario de aquellos quienes, hace unos años atrás, no se veían inmersos por el mundo de las letras.
Como ‘vallenato’ (así es como me gusta decirme, así otros me corrijan que se debe decir valduparense) me siento muy orgulloso del cambio positivo que han tenido las personas de mi región hacia la lectura. Ojalá este interés no se estanque una vez pase el Niño Dios, si no que durante el 2023 siga el crecimiento y la acogida por la lectura.
También espero que muchas librerías online puedan suplir eficientemente la poca cantidad de librerías físicas con las que cuenta el departamento, para que así no tengamos excusas para no leer.
Si te encuentras aquí y ahora, pero sientes que no eres un gran lector, me permito contarte que el solo hecho de tomarte los 4 minutos que te llevó leerme, ya es la puerta abierta para continuar en el mundo de las letras, ahora da el siguiente paso y ve por ese libro que cuenta la historia que te llama la atención.
JUAN JOSÉ DAZA
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