Por: Nuris Pardo Conrado
Aun cuando estamos soportando uno de los tiempos más difíciles en el tema ambiental, con huracanes, lluvias inesperadas, sequias prolongadas, altas temperaturas y otras situaciones, un negro nubarrón apunta hacia el territorio Vallenato, que de caer sobre el municipio, ahogaría las esperanzas que habíamos dispuesto para este nuevo cuatrienio administrativo.
No puede ser que la situación planteada por el ejecutivo sea tan grave y calamitosa para incluir el ente en la trágica ley 550 o ley de quiebras, tal como está planteada y a la vez presentada la solicitud al Concejo municipal para su consideración y eventual aprobación.
Pasar de rico a pobre es lo peor que puede sucederle a persona alguna, bien sea natural o jurídica más no lo contrario, que aunque no se tenga la preparación para adquirir dicha mejora, es mucho lo que se nota, me refiero a que después de tener a un municipio con un presupuesto acorde a su necesidad, hoy tengamos que limitarnos presuntamente a la voluntad de los acreedores por que la feria y el despilfarro que se vivió en administraciones anteriores, conlleva a precaver que esta es la mejor forma de salvaguardarla hacia el futuro y blindarla a otras ocurrencias nefastas de mayor calado.
La ley 550 no es mala, lo lamentable es que aquellos gobiernos que tenían la rienda del ente sin medida alguna sobrepasaron el límite de endeudamiento y hoy nos toca dar un paso atrás, después de tener lo suficiente a no contar con nada, y lo peor, es que a quien le toca asumir los costos sin merecerlos es el actual alcalde, que por mucho que quiera cumplir su programa de gobierno, encontrará talanqueras para ejecutarlo tal como está estructurado.
Tendremos que aguantarnos y convivir con los problemas más notorios ya conocidos, la inversión será muy restringida y el tiempo de depuración no está definido, por que aún faltan noticias de cuanto son los compromisos y hasta donde llega la suma total de lo debido. No creo que solo con declarar la medida ya dicha todo quede solucionado, hay que ir más allá, aquí deben haber juicios políticos, penales, fiscales, disciplinarios y administrativos, sanciones ejemplarizantes y rechazo total a quienes le hicieron tan vil daño a esta ciudad, que lo único que hizo fue darle la confianza para que la administraran, un daño tan grave, que es un matricidio.
Tenemos que ser comprensivos con el mandatario actual, si él cree que este es la única forma de sacar al municipio de la olla, bienvenida la iniciativa, pero ésta debe ser concertada y en ella auscultar otras alternativas de solución y comprobar la favorabilidad aún precaviendo la posible obstrucción de progreso que esta podrá presentar. El inventario hay que comenzarlo, anotando quienes fueron los artífices, no solamente para las sanciones, sino para endilgarle en todo momento que fueron tan incapaces que mataron a la gallina sin siquiera saber que en su vientre contenía huevos de oro, y se quedaron impávidos al ver semejante mal, que aún después de producido, ni aún en sus propias cabezas cabe.
Con lo visto hasta la fecha y el desorden contable presentado a diciembre de 2011, la ciudadanía está enterada de lo hecho con los presupuestos superados en el ciento por ciento sin un respaldo presupuestal, gastando más de lo debido, cuestión ésta ejemplarizante que debe servir de guía a los futuros elegidos para no excederse en sus funciones comprometiendo el rubro fiscal más allá de la medida que el mismo presupuesto les indica. Pobre Valledupar o Valledupar pobre.
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