Se acabó el Mundial de Fútbol Brasil 2014. Se cerró el telón del escenario futbolero que durante un mes mantuvo al mundo, especialmente a Colombia, unido alrededor de este deporte que cada cuatro años reúne a los mejores equipos.
Alemania se llevó la Copa y Argentina se quedó con el subcampeonato. Un triunfo merecido que recompensó el buen juego de la Selección alemana, que antes de su paso a la final derrotó a Brasil con una apabullante goleada, que hizo que la mayoría de la fanaticada colombiana se volcara a apoyar a Alemania.
Este Mundial hizo que renaciera la esperanza nacional, el fútbol volvió por sus fueros y como en los viejos tiempos Colombia vibró con el excelente desempeño de nuestro seleccionado. Los alemanes se quedaron con la Copa, pero nosotros nos quedamos con el goleador del Mundial, el jugador que hizo el mejor gol, James Rodríguez, a quien también pudieron darle el Balón de Oro si la FIFA hubiese sido justa, distinción que se la dieron Al argentino Leonel Messi, quien la recibió con desgano, según las imágenes que vimos ayer durante la premiación en el Maracaná.
Argentina otra vez será.
También nos quedamos con la distinción de ser la Selección ‘fair play’ (juego limpio). Los jugadores colombianos demostraron un buen fútbol, sin mañas ni artimañas, solo con técnica, respeto por el otro y entrega en la cancha, resultado de las enseñanzas del profesor José Pekerman que cambió el chip de los 23 jugadores de Colombia, a quienes se vio centrados, humildes, seguros y conectados con un encuentro de esta talla.
Para el pueblo colombiano este ha sido el mejor Mundial y la esperanza se agranda porque tenemos jugadores para rato. Una cosecha de talentos que descubrió Pekerman y que puede seguir dando triunfos para los próximos mundiales. Nuestro Botín de Oro será ejemplo para los futbolistas que hoy se forman y para los que ya están en equipos internacionales, su disciplina y destreza son sin duda un ejemplo a seguir.
Hay que decir que la FIFA no mostró sus mejores cartas. Quedó el sinsabor de unos directivos que manipulan a su antojo las cosas de acuerdo con sus intereses y Colombia fue una de sus víctimas.
El Guante de Oro para el arquero alemán, Manuel Neuer, el tercer puesto para Holanda y cuarto Brasil, son premios aceptables, pero no el acomodado Botín de Oro a Messi. Hubo otros jugadores que lo hicieron mejor, caso Robben de Holanda.
El que gana es el que goza. Y nosotros los colombianos ganamos.