Armando, un niño inteligente y valiente, que salió una tarde de octubre, hacer un mandado en bicicleta al pueblo de Camperucho, al llegar a ´La Ye´, recordó se decía que salía un espanto con figura de mujer vestida de blanco, derramando sangre por los ojos.
Más adelanté pasa por el caño de ´Los chivos´, donde un hombre aparece con un perrero y fuetea a los que por ahí pasan tarde la noche. Compró los medicamentos que su madre había encargado para curar a su padre.
La botica estaba cerrada, por lo que tuvo que esperar por la noche, para comprar la medicina. Lo hizo e inicia su regreso. En el caño lo esperaba el espanto del perrero, que comenzó a agredirlo, Armando, pedalea con todas sus fuerzas, pero el demonio es veloz, como su bicicleta. La cadena, al pedalear afanosamente, se salta y, pierde velocidad…
Al llegar a ´La Ye´, salió la mujer con lágrimas de sangre. Se enfrentó al otro espanto y lo hizo regresar. El niño tribulado le preguntó-¿por qué lo había defendido? Ella le respondió- hice enfermar a tu padre-. ¿Por qué lo haces, sí él es bueno? -No, no lo es. Él me dejó vestida de novia en la iglesia, he llorado tanto hasta que mis lágrimas se secaron. Ahora, lloro eternamente mi sangre, vete y dile que lo amo por siempre. Armando le preguntó- ¿qué puedo hacer por usted, para no llores más? Ella le responde- dile a tu padre que ame a tu madre y no le cause el dolor que me hizo. Solo eso.
Autor: Martín Elías Caro Almenarez – Institución Educativa Luis Rodríguez Valera, Los Venados, Valledupar