‘El Lápiz del caracol’ es la nueva propuesta literaria y poética del escritor y columnista José Atuesta Mindiola, un reconocido literato que nació en Mariangola, corregimiento de Valledupar y a quien todos llaman “El poeta de los árboles”. Probablemente porque al escribir no puede ocultar que es licenciado en biología y química por la Universidad Distrital de Bogotá y Especialista en la Enseñanza de las Ciencias Naturales por la Universidad del Atlántico.
Además de esta propuesta, que ya se consigue en las librerías de la región, el escritor criollo ha publicado siete libros de poesías, dos de décimas y uno de historia local, Sabanas de Mariangola, premiado en el II Concurso de Historia Regional y Local del Cesar, convocado por la Universidad del Cesar.
Entre sus reconocimientos, Atuesta fue ganador del Primer Concurso de Poesía del Departamento del Cesar. Uno de los ganadores del Concurso Nacional “Que descanse en paz la guerra”, convocado por la Casa de Poesía Silva, Bogotá. Ha participado en dos Encuentros Internacionales de Décimas: en Las Tunas, Cuba y en Lima, Perú.
Sus poemas han sido incluidos en varias revistas, entre ellas: El Rodante en Lima, Perú, 2012; El Túnel en Montería, 2003; La Luna Nueva de Tuluá; Prisma, Bogotá, 1996 Separata-poetas de Colombia y otros países, Educación y Cultura de Fecode y El Festival Vallenato.
Así lo ven los que saben
Entender los misterios de una mente que brilla con poesía no siempre es fácil. En este sentido, el también escritor Abel Zabala, quien se encuentra radicado en Argentina, dijo que lo especial de este poeta es que cultiva la eternidad cuando moldea la palabra viva.
“La palabra del poeta de Mariangola relata y asegura la supervivencia del mundo tangible que abrigó al niño y torna visible el universo espiritual del adulto.
El poder evocador del recuerdo disuelve el tiempo, reconstruyendo vivencias que pujan por ser “racimos de luz para el jardín de la memoria; allí Atuesta las glorifica en el cáliz de su nostalgia”, explicó.
Entre otras cosas, el escritor dijo que Atuesta encara la tarea de cantar y contar, empuñando el verso libre, pero no aleatorio.
“Su economía verbal demuestra la esmerada elaboración que excluye el automatismo. Al plasmar su novedoso enfoque de la intimidad, el paisaje y las pequeñas cosas, es la musicalidad una condición constitutiva de su verso”, agregó Zabala.
Otro que también dejó ver, a través de las redes sociales, su gusto por los textos de Atuesta, fue el escritor Donaldo Mendoza quien aseguró que la intención poética de este nuevo libro aflora desde el título; la asociación lápiz-caracol no podría ser más insólita, y por lo mismo original.
“Cada poema obedece al criterio responsable anunciado bien al principio por el autor: Si existe el canto, pienso en el verso. Es decir, el ritmo debe ser la emoción primera y de paso convierte a cada lector en un potencial cantor” dijo el autor, que se encuentra en Popayán y agregó que Atuesta se abraza a la nostalgia, sentimiento amigo del silencio y de la ausencia; por eso se expresa casi siempre como pérdida y quizá nunca como conquista.
Confesiones
Extraído del nuevo libro El lápiz del caracol.
¿Qué hago si soy varón?La tentación no cierra las ventanas.
No soy escultura en una plaza de héroes.
Mi larga capa clama santidad, no alcanza un peldaño en los altares.
La noche levanta sus velones.
La música, escalera debajo de mis pies.
El corazón agita las campanas de deseo.
En el pedestal sueño una imagen de bronce femenino.
El reloj de las caderas perturba mi reposo.
Pese a las flaquezas mi fe en la casa de Dios no languidece.
Por Pepe Morón Reales
Pepe.moron@elpilon.com.co