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Un impulso para el desarrollo

Por: Gustavo Cotes Medina

Afirma Luís Alberto Moreno, Presidente del BID, que las perspectivas de crecimiento para la región de América Latina y el Caribe deben estar soportadas en la lucha para combatir la pobreza, aumentar la productividad y mejorar la calidad de la educación.
Pero, no  existen formulas mágicas para lograr el desarrollo. Gracias a una gestión macroeconómica esmerada y coherente de los gobiernos de turno, la región no presentó colapsos bancarios o cambiarios importantes como sí ocurrió con otros países que mostraron turbulencia financiera en la pasada crisis económica global.
Los países suramericanos como exportadores netos de petróleo y otras materias primas tienen perspectivas alentadoras para su recuperación económica. Se ha superado una dura prueba en el 2009, pero la región debe tomar medidas y avanzar en reformas estructurales para ir consolidando el progreso conseguido y para enfrentar diversos desafíos, que pueden repetirse.
En los últimos años América Latina ha logrado notables avances en la reducción de la pobreza absoluta y en la mejora de los servicios básicos como la salud y la educación. El Banco Mundial indicó que todos los países de Latinoamérica alcanzarán el objetivo de la ONU de reducir la pobreza extrema a la mitad, en el 2015.
Las naciones exitosas tienen como prioridad la inversión en educación con la formación de maestros y la creación de mecanismos para reclutar y retener a los buenos educadores. Además, es necesario invertir para ampliar el acceso de los estudiantes de menores recursos a la educación terciaria y universitaria. Los jóvenes deben tener como propósito adquirir las competencias mínimas para acceder a su primer empleo. Colombia ha dado pasos importantes en cobertura educativa, pero debemos convertir la educación de calidad  en un propósito nacional.
La región para impulsar su desarrollo necesita aumentar su productividad. El ingreso per cápita de nuestra región es la sexta parte del de Estados Unidos, por los bajos niveles de eficiencia en el aprovechamiento del capital y los recursos humanos. Según indicadores del Banco Mundial, Colombia ocupa el puesto 104 entre 210 países en ingreso per cápita con 4.620 dólares anuales. Noruega es el país de más ingreso medio por habitante con 87.340 dólares anuales y Burundi, en África, es el más bajo de todos con 140 dólares anuales. Estamos justos a mitad de tabla.
Las causas de la baja productividad se concentran principalmente en los altos costos del transporte, la falta de acceso al crédito y la inestabilidad macroeconómica. También inciden las políticas impositivas que incentivan a las empresas pequeñas a permanecer en el sector informal en lugar de alentarlas a crecer.
Es necesario generar condiciones para la innovación, la educación, la investigación científica-tecnológica y la necesidad de asumir riesgos en el desarrollo de nuevos productos y servicios. Para conseguir un desarrollo sustentable debemos hacer la tarea de combatir la pobreza y la inequidad con el desafío de lograr tasas de crecimiento que nos permitan ir saldando deudas sociales que arrastramos desde hace muchos años. Es un sueño posible.
América Latina, el Caribe y especialmente Colombia, tienen la madurez suficiente para sortear dificultades y tomar el impulso necesario para “dar un gran salto en su desarrollo”.

Fuentes: Banco Interamericano de Desarrollo. Banco Mundial. Revista Dinero No. 347
gustavocotesm@hotmail.com

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