No podía pasar. Ya que se trata de la alta consejera presidencial de las regiones, especialista en asuntos regionales, ya porque se trata de Karen Abudinen Abuchaibe, descendiente de una tradicional familia guajira, y no fue ayer 28, el día de los inocentes, publicado en nuestras páginas sino el pasado lunes 23.
En el listado obras para el departamento en una columna titulada: ‘Cesar, tierra de oportunidades”, la alta consejera afirmó:
”Las obras de infraestructura vial son importantes para el desarrollo de las regiones. En el Cesar finalizamos las obras de mantenimiento de 34,7 kilómetros de vía del sector Maicao- Carraipía- Paradero con una inversión de $20.000 millones”.
No podía pasar. Pero bueno, ‘pensándolo bien’, ese descuido en el cual la memoria o la asistente que escribe ha dejado traslucir más que un garrafal error un gran acierto histórico. Es como si la pluma de la sabiduría, como el caballo conduce al durmiente jinete por el mejor camino al esperado destino, hubiera obrado para inducir a la diligente y emotiva Karen al afortunado error.
Es que esa vía, localizada en la circunscripción política departamental de la hermana Guajira, es en verdad la vía que del Cesar y en especial de Valledupar conduce a la cabecera municipal de Maicao, punto de paso fronterizo con Venezuela. Y por lo tanto es guajira y cesarense.
Cuando EL PILÓN realizó este año el foro “La Guajira, Una mina de oportunidades. Cesar-Guajira, una sola nación”, quedó claro que las vías de la península son carreteras también de especial interés para este departamento mediterráneo, sin mar ni frontera vivos, para su progreso social y económico.
Observamos los asuntos comunes que nos incumben y que debemos abordar bajo una perspectiva regional: los carbones térmicos extraídos en grandes minas a cielo abierto y sus impactos en el empleo y los fiscos territoriales. Los proyectos de energía renovable gracias a la brisa del nordeste y al paisaje de sol. La infraestructura de carreteras, tren y puerto. La actividad agropecuaria común. Los asuntos ambientales derivados de compartir la Sierra Nevada y la serranía de Perijá e importantes ríos. Las comunidades indígenas. La migración venezolana. La política de fronteras. La complementariedad turística. La idiosincrasia, los entrelazamientos familiares y la cultura musical vallenata.
Qué bueno que la inestabilidad del gobierno departamental de La Guajira se haya superado con la elección del buen profesional Nemesio Roys y en el Cesar asuma el experimentado gobernador Luis Alberto Monsalvo, de ancestros guajiros.
Una primera oportunidad es con la reciente reforma constitucional a las regalías, en la que se ponderarán más los proyectos de impacto regional que deberán ser bien formulados.
Entonces, excusada la consejera presidencial, a quien esperaremos en el próximo encuentro de cesarenses y guajiros para cuya convocatoria hemos invitado a nuestro diario colega, el Diario del Norte.