Aunque todos los años Paulina Barrios esperaba con ansias el Domingo de Ramos para llevar ramas de olivo o de palma y que estas fueran bendecidas por el sacerdote de su iglesia más cercana, que posteriormente guardaría en un lugar estratégico de la casa, y así iniciar formalmente la Semana Santa, este año todo cambió: ayer se vio obligada a celebrar esta fecha al frente de su televisor por la cuarentena decretada para prevenir el Covid-19.
Ella y su familia, con ramas de un árbol de mango que tienen en su patio, se dispusieron a escuchar la misa desde su hogar. Para ellos fue una fecha extraña porque estaban acostumbrados a otra dinámica, alterada por una pandemia que sufre la región, el país y el resto del mundo.
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“Nos levantamos temprano, sintonizamos un canal nacional y escuchamos la misa como buenos católicos, pero me sentí rara; me hacía falta estar en el templo y recibir el agua bendita que esparcía el padre en la bendición de los ramos”, aseguró.
Así como Paulina muchos cesarenses experimentaron el inicio de la Semana Mayor de la iglesia católica desde la pantalla chica, radio, computadores o celulares, donde las diferentes iglesias transmitieron las celebraciones eucarísticas que se dieron a puerta cerrada.
SIGNIFICADO DE LA FECHA
“Cuando Jesús entra a la ciudad santa es el inicio de una semana denominada como ‘santa’ porque la iglesia, como madre y maestra, una vez al año celebra de manera solemne los misterios de la redención de toda la humanidad. La Semana Santa es la síntesis histórica y litúrgica de los momentos más relevantes de la vida de Jesús, desde su nacimiento en Belén cuando asume toda nuestra condición encarnándose en el seno virginal de María, hasta esta semana que precede a su pasión, muerte y resurrección”, explicó el párroco Doriam Rocha.
De acuerdo al encargado de la parroquia ‘La Inmaculada Concepción’ existen dos momentos claves en esta fecha: la realeza mesiánica y la pasión redentora de Jesucristo.
Al respecto dijo: “La primera tiene que ver con la entrada triunfal de Jesús a Jerusalén, y es recibido por niños y las personas más humildes del pueblo con ramas de olivo y palmas. Esto tiene que despertar el deseo de darle el primer lugar a Jesús, de clamarlo en el corazón como nuestro único rey. Él no entró en una carroza, ni en una cabalgadura, entró en un borrico, signo de la humildad y la mansedumbre”.
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El segundo aspecto se refiere a la liberación de Cristo de la muerte y del pecado. “Cuando Jesús llegó a la tierra vino a vencer tres grandes enemigos que nos tenían oprimidos: satanás, el mundo y la carne. Aquí queda demostrado que no necesitamos de armas o violencia para obtener la libertad y la paz; debemos hacer de Jesús el dueño de nuestra vida y de nuestra voluntad”, aseveró Rocha.
Por su parte, el sacerdote de la Catedral Eccehomo de Valledupar, Iver De la Cruz, invitó a celebrar estos días con devoción y con las debidas disposiciones personales, así como a estar en la casa como si se estuviera en el templo; vivir las misas en directo y no en diferido, con espíritu de fe.
“Los invitamos a recibir a aquel que viene en nombre del Señor, que sea recibido en el corazón de cada persona con alegría, con sentido de adoración, sabiendo que viene a habitar en cada uno de nosotros”, recalcó.
OBISPO NO CELEBRÓ MISAS
Otra de las particularidades de este año es que el obispo Oscar José Vélez Isaza no estuvo presente en ninguna iglesia, puesto que por su avanzada edad prefirió seguir en aislamiento, teniendo presente que tuvo un antecedente de neumonía, por lo que era recomendable que no se expusiera. Así lo conoció esta casa editorial que quiso contactarse vía telefónica con monseñor, pero resultó infructuoso porque no respondió las llamadas ni los mensajes de WhatsApp.
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Mensaje del papa Francisco
El papa Francisco en su homilía desde el Vaticano, que fue transmitido por canales nacionales e internacionales, trajo a colación una frase que expresó Jesús en la cruz: «Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?». Al respecto detalló que Jesús experimentó este abandono precisamente para servir.
“Para que cuando nos sintamos entre la espada y la pared, cuando nos encontremos en un callejón sin salida, cuando parezca que ni siquiera Dios responde, recordemos que no estamos solos. Jesús experimentó el abandono total, la situación más ajena a Él, para ser solidario con nosotros en todo. Lo hizo por mí y por ti”, subrayó.
El sumo pontífice comparó esta situación con el drama de la pandemia, ante tantas certezas que se desmoronan y con el sentimiento de abandono que oprime el corazón de algunos. Ante esto expresó: “Jesús nos dice a cada uno: ¡Ánimo! abre el corazón a mi amor. Sentirás el consuelo de Dios, que te sostiene”.
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El papa invitó a que cada persona se examine interiormente: “Si somos sinceros con nosotros mismos nos daremos cuenta de nuestra infidelidad. ¡Cuánta falsedad, hipocresía y doblez! ¡Cuántas buenas intenciones traicionadas! Cuántas promesas no mantenidas”.
Además, agregó: “El Señor sabe que somos muy débiles e inconstantes, que nos cuesta levantarnos de nuevo y que nos resulta muy difícil curar ciertas heridas y por eso nos curó cargando sobre sí nuestra infidelidad, borrando nuestra traición. Para que nosotros, en vez de desanimarnos por el miedo al fracaso, seamos capaces de levantar la mirada hacia el crucificado, recibir su abrazo y consuelo”.
POR: ANNELISE BARRIGA RAMÍREZ/EL PILÓN – Annelise.barriga@elpilon.com.co