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Un día en San Diego de Las Flores

Por: Jacobo Solano
Definitivamente San Diego es un lugar inmejorable, un entorno mágico en el que se percibe ese aroma primaveral que baja de la serranía de Perijá, donde las mariposas amarillas cargadas de nobleza y sentimiento se pasean orondas por una plaza impecable, con una iglesia digna de una postal. Es todo un placer caminar por esas callejuelas cargadas de leyenda que en Semana Santa se llenan de feligreses en la hermandad de Jesús Nazareno, ver a esas señoras sentadas en las bancas tejiendo la imagen de la Virgen del Perpetuo Socorro hacen de San Diego un destino turístico que vale la pena conocer, no entiendo por qué la Gobernación de Cesar no ha incluido en su carpeta de oferta turística a la tierra donde Leandro Díaz compuso innumerables canciones y sus ojos se iluminaron al ver a Matilde Lina en las aguas claras del rio Tocaimo y caminando con su alegría por la sabana.
Al subir a la serranía se encuentran paisajes maravillosos como El Rincón, la tierra de Juan Muñoz, el juglar que nos dejó una gran memoria musical y que no ha sido lo suficientemente apreciada por los vallenatólogos;  seguimos hasta Tocaimo y Media Luna, pueblos que son despensa agrícola de la región y que merecen una mejor vía para su desarrollo. Luego bajamos a almorzar a donde la Lule, una fonsequera famosa por preparar un sancocho trifásico y unas arepas de queso con uvas pasas que no tienen pareja. Con energías recargadas salimos a hacer varias visitas, primero a Jesualdo Arzuaga un señor a carta cabal y luego donde Ciro Muñoz, ex magistrado y gran anfitrión. No podía faltar una parranda en casa del gran Chema Araujo debajo del palo e mango con el acordeón de Elías Mendoza y el canto de Carlos Lleras y el Mono Zabaleta acompañados de la guitarra de Hugo Calderón, el Borocho y Raúl Garrido, un bohemio poco valorado, pero con un talento descomunal, si no pregúntenle a Iván Ovalle. Para poner la chispa humorística llegaron los campeones de la patrulla, Poncho Juliao y Alex Becerra, que se salieron con la suya y no dejaron entrar a los famosos ‘Nule’ sandieganos que se morían por asistir.
Si algo ha caracterizado a esta tierra, es que es cuna de personas prestantes y que han aportado a su crecimiento y han sido referentes para las nuevas generaciones como: Juan Elías Guerra, Juan Raúl Murgas, Rigoberto Olivella, Claudino Villero, entre otros. También es tierra de mujeres bonitas como: Elvia Milena San Juan, Margarita Araujo y Teome. A eso de las seis de la tarde cuando iba de salida, probé los mejores bollos de mazorca del mundo y la especialidad el “bollo preñao” que viene con guiso de cerdo, cosa sabrosa. Ahora si entiendo por qué dice Gustavo Gutiérrez Cabello en su canción, que San Diego es un pueblo hermoso, colmado de bendiciones.
Estocada: Mis más sinceras condolencias a los familiares del médico Jaime Gnecco Hernández, a quienes les recomiendo fortaleza en estos momentos difíciles. Los columnistas de EL PILÓN estamos de luto.

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