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Un centro de pensamiento para Valledupar

El Centro de Estudios Socioeconómicos y Regionales, CESORE, nos entrega hoy su primer informe sobre las investigaciones de asuntos de desarrollo económico y social que realiza en el departamento del Cesar. ‘Valledupar necesita una política pública de empleo’, es la temática abordada, con la cual explica que no es tan cierta la hipótesis de algunas autoridades y líderes de opinión que han señalado que los problemas de empleo se deben a la masiva migración de venezolanos y a la desaceleración del sector de la construcción.

“El nivel de desempleo en el municipio ha crecido de manera preocupante desde finales (septiembre) del 2015. Pasó de un 8% a un 15,5%, y de 15.000 desempleados a 30.000.

Los datos más recientes del DANE muestran que sólo en los últimos 12 meses han entrado al paro laboral 7 mil nuevas personas. Esta es la realidad y la dura evidencia de las cifras”, señala la publicación.

Entonces, ¿por qué está aumentando el desempleo? Es un interrogante analizado en el informe elaborado por los economistas Fernando Herrera Araújo y Juan Manuel Monroy, quienes desglosan los indicadores de comportamiento del mercado laboral en Valledupar, la participación y variación de los ocupados en sectores económicos y la variación respecto de 2017 en las ciudades con crecimiento en el desempleo.

Loable iniciativa de esta organización sin ánimo de lucro, a la cual están vinculados otros personajes, como María Victoria Saade ‘Matoya’, Javier Morelli y Jairo Núñez Méndez.

Lo que busca este centro de pensamiento es generar capital social y liderazgo, sin fines politiqueros, por lo que en el cumplimiento de esa misión están reclutando jóvenes investigadores.

Es una iniciativa que trata de emular lo hecho por Fundesarrollo en Barranquilla, que no es más que un centro de investigación, financiado por el sector privado para vigilar si las políticas públicas funcionan, y que de la mano de un comité de transparencia ha ayudado, entre otras cosas, a que Barranquilla disminuya sus índices de pobreza.

Cabe aclarar que no se trata de que el sector privado mangonee a la institucionalidad, sino de que se vigile para ayudar a construir confianza en la ciudadanía y aumente el liderazgo que tanta falta le hace al departamento del Cesar.

Confiamos en que poco a poco CESORE logrará fortalecer esas redes de procesos económicos y sociales que ayudarán al departamento a superar los retos y desafíos que impone el cumplimiento de los objetivos de desarrollo sostenible.

Categories: Editorial
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