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Un buen vallenato

Por Julio Mario Celedon

Lo conozco de toda la vida, pero afianzamos nuestros vínculos de amistad a mediados de los noventa, cuando coincidíamos en la casa de la familia Cotes Maya, en esa época Faruk estaba haciendo el año rural en Mariangola si no estoy mal y además era un gran prospecto de avicultor pues semanalmente recibía más de 20 gallinas de regalo por parte de sus pacientes y “seguidores” del pueblo, para ese entonces Urrutia era un muchacho con muchos sueños e ilusiones, Médico recién graduado y con grandes expectativas en torno a su carrera, seguimos coincidiendo en el mismo círculo de amigos y años más tarde junto con Carlos Eduardo “El Mono” Dangónd me invitan a una reunión de la precandidatura a la Presidencia de Álvaro Uribe Vélez, después me vinculo intermitentemente a la primera campaña como colaborador en prensa, cuando salé elegido Uribe enseguida se rumoró un nombramiento a Urrutia en Bogotá, recuerdo como hoy que antes de que se oficializara el secreto a voces yo corrí a llevarle mi hoja de vida, ignoro el motivo por el cual a mi no me nombró pero si ayudó a muchos vallenatos y cesarences dándoles trabajo en el Seguro Social, y ese gesto para con nuestros paisanos, para mí fue más que suficiente.

Faruk sin lugar a dudas es uno de los consentidos de Uribe eso le significó la posición Embajada de Colombia en los países del sureste asiático.

Hoy escribo este artículo a este amigo y paisano, que sin lugar a dudas es uno de los más brillantes elementos de nuestra generación, un profesional excelente, estudioso que ha ejercido con decoro sus posiciones y además un buen familiar y amigo, agradable, y un sibarita de tiempo completo, comparto con el esta afición por los buenos vinos y las exquisitas viandas, Faruk es un amante de la buena mesa y un goloso de tiempo completo, cocinero gourmet, pero tiene una debilidad por una comida en especial que no es precisamente de la alta cocina, pero sabrosa si es, además que está íntimamente ligada a sus recuerdos de infancia, lo que permite que el la disfrute más;  Faruk delira por una pizza de Dan Pratt y es lo único que le hace romper sus famosas dietas.

Lo cierto es que ignoro qué proyectos tiene en mente este inteligente amigo, pero sé que lo que haga lo hará bien, ojalá y no se nos politice tanto y siga siendo el mismo hombre sencillo e interesante que hoy día es y que no ha cambiado muy a pesar de sus movimientos en el alto nivel, le deseo lo mejor porque en realidad se lo merece, Dios quiera que vuelva a ocupar alguna otra alta designatura y desde allí ayude a su región y sus coterráneos, porque Faruk es un hijo pródigo del Valle.

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