Con el entusiasmo y añoranzas de la juventud, un joven de 27 años lucha todos los días para que los niños y niñas de su comunidad se enamoren cada vez más de la lectura, lo cual le ha merecido múltiples reconocimientos en el país. Se trata de Souldes Maestre Montero, un bibliotecario de la etnia kankuama que vive en Atánquez, catalogado como uno de los mejores en su oficio.
Aunque estudió para ser técnico en Diseño Web, labor que ejerce por las tardes, todas las mañanas de lunes a sábado ejerce como bibliotecario voluntario sin recibir retribución económica por ello. “Es una labor social que realizo porque tengo claro que los seres humanos tenemos dos opciones: ver el mundo actual y quejarnos, o actuar y aportar para que la sociedad sea distinta. Esa posición de vida me la han enseñado mis padres, mis mayores y es lo que percibo en mi territorio”.
Este bibliotecario que hoy es ejemplo en Colombia dialogó con EL PILÓN.
¿Cuál es su estrategia para promover la lectura?
La biblioteca Kankuaka está orientada a un modelo educativo propio, en el cual fomentamos la lectura a través del ejemplo. Es más fácil que un niño lea contigo si te ve leyendo; no es fomentar la lectura por imposición, sino hacerla ver como un acto de placer. Hicimos un concurso de cuento, creamos un grupo de lectores, el cual fue creciendo y de esta manera el resto de chicos se fue contagiando.
¿A qué atribuye los diversos reconocimientos que ha obtenido por su modelo de fomento de lectura?
Creo que los reconocimientos han sido por el sello diferencial que ha tenido la biblioteca y no solamente por cumplir esos estándares básicos de leer o fomentar la lectura, sino de fomentar la identidad. Promuevo la lectura no como el mero hecho de codificar signos, sino que va más allá, como comprender el territorio, estudiar y sentirse orgullosos de su cultura, al leer los rasgos distintivos de nuestra comunidad.
¿Cuál es su público objetivo en esta labor?
Principalmente trabajamos con niños y con jóvenes. Es más fácil convencer a los niños; es más fácil sembrar la semilla de la lectura en los niños que con adultos.
¿Hace cuánto trabaja en la Biblioteca Kankuaka?
Con el equipo en el que estamos comenzamos desde el 2013 cuando el Cabildo Kankuamo gestionó recursos por transferencias. Se destinaron 40 millones de pesos como inversión para dotar la Biblioteca. Ha sido un trabajo comunitario que ha integrado a la comunidad.
Desde el 2013 hasta la fecha ¿qué ha sido lo más difícil en su labor como bibliotecario?
Dimensionar esa falta de apropiación política, no a nivel de resguardo sino a nivel municipal. Comprender por ejemplo que tenemos una biblioteca tan linda en Atánquez, un proceso cultural en el pueblo kankuamo tan bonito, y no hayamos podido crear una estrategia que contagie a Valledupar, teniendo en cuenta que la capital del Cesar no tiene una biblioteca en funcionamiento a cargo del municipio. Da impotencia no generar en la clase dirigente vallenata esa apropiación por la lectura.
Se refiere a que la biblioteca donde labora es bien bonita, ¿qué tiene de especial?
La verdad no hemos podido generar recursos para mejoramiento de infraestructura, pero para nosotros la biblioteca no es un espacio de cuatro paredes, sino que se dimensiona más allá; es fomentar la lectura en ríos, casas ceremoniales, patio de las viviendas, entre otros lugares, que convierten la biblioteca en un espacio único. La biblioteca en sí es el territorio de Atánquez.
¿Con cuántos libros está dotada la biblioteca?
Tenemos cerca de 3.500 libros, de los cuales 2.900 los donó el Ministerio de Cultura y el resto han sido aportes de particulares.
¿Cuáles son los libros que más solicitan los pequeños?
Curiosamente dos libros que son de acá: Misterio de Atánquez, que es una recopilación de cuentos locales realizado por niños, que nació de un concurso local; y Hoja de Cruz, que trata la historia del conflicto armado que padeció Atánquez. Es un libro que trae muchas imágenes, el cual les llama la atención porque saben que ahí puede estar un amigo, familiar o conocido; les gusta leerlo para entender por qué deben seguir luchando para cambiar el país y evitar que esos hechos oscuros vuelvan a suceder.
¿Qué es lo más gratificante en este oficio?
Percibir el entusiasmo de los niños. Todos tienen un concepto claro que sueñan con una biblioteca de dos pisos y hacen actividades para lograrlo. Hay una sentencia que expresa que una de las formas que tienen de repararnos es construyendo bibliotecas, y los pequeños le insisten a los mayores por su cumplimiento. Ver ese comportamiento te llena de gozo.
¿Cuál es el mensaje que le gustaría darles a los bibliotecarios del Cesar?
La capacidad de entender que el reto que nos toca como bibliotecarios no solamente es formar a lectores, sino crear una biblioteca vinculada a la vida, a su contexto cultural, que prepare de la mejor manera a los jóvenes para los retos de la actualidad. Que no le dé la espalda a la tecnología, pero que eso no se limite dejar a los niños en un computador.
¿Qué les pediría a los mandatarios de turno para que apoyen su labor?
El mensaje que doy es a los Secretarios de Educación, que se encarguen de la promoción de lectura, que aúnen esfuerzos con diversas entidades para fortalecer la lecturabilidad de las nuevas generaciones. La invitación que les haría a alcaldes y gobernadores es que creen políticas como una forma de cultivo en los niños cuya cosecha se verá en años posteriores.
Algunos de sus reconocimientos
-En días pasados el Encuentro Regional para el Fomento del Libro en América Latina y el Caribe (Cerlalc) y la Fundación Germán Sánchez Ruipérez destacaron la labor de Souldes Maestre en la construcción de competencias para la innovación del concepto de biblioteca.
Este reconocimiento fue hecho a través de la página web del proyecto Ineli junto a 24 líderes bibliotecarios de más de 10 países. En él se destaca la gestión de Maestre con iniciativas de lectura y desarrollo comunitario en el resguardo indígena kankuamo, orientadas al fortalecimiento de la identidad cultural y lingüística, así como la memoria histórica del pueblo indígena Kankuamo que habita en la Sierra Nevada, al norte de Valledupar.
-En el 2015, gracias a la labor realizada por la comunidad, obtuvo una distinción en el Premio Nacional de Bibliotecas Públicas, otorgada por la Biblioteca Nacional y el Ministerio de Cultura de Colombia.
-En el 2016 fue parte del comité de selección de la Colección 2016 para bibliotecas públicas del país.
Souldes Maestre es un bibliotecario y gestor de iniciativas de lectura y desarrollo comunitario en el resguardo indígena de Atánquez, al norte de Valledupar.
Annelise Barriga Ramírez/EL PILÓN