Sí Valledupar quiere potenciar sus riquezas naturales para fortalecer el turismo, los representantes de este sector deben pensar en grande. Esta ciudad cuenta con suficientes escenarios naturales que no necesitan mayor inversión debido a que no hay necesidad de invertir millonarios recursos en infraestructura. Las personas buscan hoy sitios naturales, que ofrezcan tranquilidad y armonía, elementos que abundan en los parajes vallenatos.
Desde el balneario Hurtado, el río Badillo, La Mina con sus piedras blancas, El Mojao (río Candela), Atanquez, Chemesquema y Guatapurí (con su vía ya pavimentada), Patillal, Guacoche con sus casas de colores y su rica cocina, son sitios turísticos que se ‘venden’ solos. Sin necesidad de tanta publicidad reciben cientos de visitantes, muchos de ellos turistas que llegan a la ciudad en busca de esos paisajes. ¿Qué pasaría si este sector estuviera mejor organizado?
Lo que pasa con turismo se da por inercia. Por eso suceden casos tan lamentables como el ocurrido con el turista vallenato que fue hasta el balneario ubicado en el corregimiento de La Mina, donde infortunadamente murió ahogado. Sin un guía, ni un salvavidas cerca que pudiera haber evitado tan fatal desenlace.
Es en eso en lo que deben pensar las autoridades y los gremios locales que impulsan el turismo. En consolidar una oferta que incluya no solo una mesa con sillas y un restaurante improvisado, sino en algo más grande, que garantice al turista una agradable visita. Se necesita para ello guías que orienten los recorridos, qué sepan historia y cultura de la zona, y digan por dónde se puede transitar y por donde no, que prevengan de zonas de alto riesgo, sobre todo a las personas que vienen de otros departamentos y que nunca han pisado tierras vallenatas. Es indispensable pensar en puntos de orientación a los visitantes, que puedan obtener un mapa, un suvenir o recuerdo de la visita.
Esto no solo le servirá al turista, sino a los mismos habitantes de Valledupar que hacen turismo local. Si se activa el turismo de manera organizada y ordenada, pensada como negocio, generador de empleo y desarrollo para las zonas, se podrá hablar de una real reactivación económica de las zonas rurales de la ciudad, que ya no solo viven de las actividades agrícolas.
La Alcaldía de Valledupar, la Cámara de Comercio, Fenalco, las organizaciones sociales, junto con la Policía Nacional, son claves en este desarrollo turístico de la ciudad. Las vacaciones decembrinas pueden servir de ensayo para redireccionar la forma cómo se maneja el turismo.