La gallina de los huevos de oro. En eso se ha convertido el turismo vallenato, en una oportunidad económica para los empresarios, microempresarios y ciudadanía en general. Sus tradiciones y su cultura poseen un gran repertorio turístico en el que todos caben y en el que todos pueden aportar.
La semana anterior el portal más importante del mundo, TridTripAdvisor, publicó los diez destinos más recomendados de Colombia, de acuerdo con la calificación que otorgaron los usuarios; es decir, las personas que conocen los sitios y luego los califican. Entre los diez destinos que recomiendan de Colombia, se encuentra Valledupar, la capital mundial del vallenato, nuestra ciudad, la que muchos critican, pero otros prefieren.
Por algo estamos en ese listado y por algo los visitantes que estuvieron en la capital del Cesar, recomendaron a la ciudad, sus restaurantes, hoteles y hostales y los sitios más representativos.
Es el cuarto de hora de Valledupar. Y es el momento ideal para que haya un trabajo coordinado, unido, cohesionado, entre los gobernantes y las autoridades. En nuestra edición del día sábado, el nuevo gerente de ProValledupar, Rober Martínez, dijo que también se ocuparán del turismo, paralelo a la coordinación de turismo que ya tiene el Municipio; la gobernación del Cesar también publicó un boletín de prensa anunciando una inversión de $ 700 millones crear el Sistema de Información Turística Situr Cesar, que es una plataforma virtual para organizar toda la información estadística de los productos y servicios turísticos ofrecidos en el departamento.
Todas son iniciativas bienvenidas, pero se nota que las estrategias no corresponden a una acción coordinada. Mientras los presupuestos destinados al sector turístico sean tan irrisorios, solo seguirán poniendo pañitos de agua tibia, serán flor de un día las acciones que desarrollen.
El turismo debe ser ordenado, solo así se logrará monetizar el negocio y solo así los turistas encontrarán una oferta más atractiva. No el desorden que hoy se nota, por ejemplo, en los balnearios más famosos y visitados, como Hurtado, La Vega, Mojao, La Mina, entre otros.
Existen experiencias positivas en otras regiones del país que bien valdría la pena que observen las autoridades vallenatas, no hay que ir tan lejos, para darse cuenta que los vendedores ambulantes se pueden organizar, que las comidas se pueden vender de manera más higiénica, que no siempre el licor se vende cada dos metros.
Se necesita una estrategia integral que lleve a un turismo más ordenado, que perdure, sin importar cuál mandatario está de turno. El turismo debe tener vida propia.