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Turismo agropecuario, riqueza colombiana y del Cesar

El muelle de Chimichagua es uno de los destinos turísticos y de producción del cual las personas pueden disfrutar por estos días. Imagen de referencia.

A propósito de estos días de Semana Santa, cuando muchas personas aprovechan para salir de vacaciones a algunos destinos tanto nacionales como internacionales, la Unidad de Planificación Rural Agropecuaria, UPRA, ha extendido la invitación para que los colombianos conozcan la diversidad de paisajes agropecuarios que tiene este país.

En este sentido, la entidad adscrita al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural sugiere que en el norte del país se puede recorrer la Zona Bananera del Magdalena; el paisaje anfibio de la Mojana sucreña.

También invitan a que se visiten los municipios boyacenses y se aprecie allí la agricultura familiar de donde proviene el 90 % del alimento que se consume a nivel nacional.

En cuanto a las sabanas del Casanare, indica que se puede conocer sobre el ganado criollo, raza que tiene una autenticidad genética. A la vez que incitan a recorrer los paisajes de la caña panelera en la hoya del río Suárez mientras que figura como otra visita imperdible el paisaje cultural cafetero en los departamentos de Caldas, Risaralda, Quindío y Valle del Cauca, donde se ha logrado conjugar tanto el ingenio humano como la naturaleza y el cultivo del café para lograr un paisaje único.

Por su parte, en el departamento del Cesar se pueden conocer escenarios como estos en la ciénaga de Zapatosa, ubicada entre los municipios de Chimichagua, Curumaní y Tamalameque, donde además se ha adecuado un muelle con fines turísticos.

“Los paisajes agropecuarios son el producto de la interacción entre la naturaleza y el ser humano a lo largo del tiempo”, explica Felipe Fonseca Fino, director general de la UPRA.

Al tiempo reconocer que actividades como las agrícolas, forestales, pecuarias, acuícolas y pesqueras transforman el territorio favorecen su apropiación simbólica y tienen un valor estratégico para el país.

De la misma manera, destaca, que cumplen una función social, cultural, ecosistémica, productiva y económica; respaldan la seguridad alimentaria y la conservación de la biodiversidad. “El paisaje agropecuario es un instrumento clave en la gestión y ordenamiento del territorio rural”, agrega el funcionario.

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