La compañía turca Yildirim Holdings que el 26 de marzo de 2014 suscribió la compra por US 125 millones, unos 360 mil millones de pesos, de los activos de carbón de CCX (antes MPX) localizados en el departamento de La Guajira, comunicó el primero de octubre al vendedor que desiste del negocio y exige la devolución de la cuota inicial pagada, que se estima en US 30 millones.
El proyecto en manos del vapuleado millonario brasilero Eike Batista, llegó a valorarse en más de US 5.000 millones. Batista proyectaba desarrollar en San Juan del Cesar, (La Guajira), la mina subterránea de carbón más grande del mundo.
CCX posee los derechos a la explotación de los proyectos de cielo abierto Cañaverales y Papayal y de los carbones profundos de San Juan. También desarrolló los estudios del trazado de un ferrocarril a un puerto a construir en Dibulla, cuya concesión obtuvo CCX.
Esta ha informado que Yildirim alega que CCX no cumplió las condiciones precedentes, manifiesta que sí las ha cumplido y que algunas no se han dado por culpa de Yildirim. Esas condiciones tienen que ver con obtención de autorizaciones ambientales adicionales, distintas a Cañaverales que sí la obtuvo hace varios años atrás.
En abril, la Cámara de Comercio Internacional (CCI) había prohibido, por pedido de Yildirim, que CCX continuara negocios con Blackstone, el mayor fondo privado del mundo, que ofreció por los mismos activos US 170 millones, hasta tanto no se finiquitara el negocio inicial.
CCX se denomina legalmente CCX Carvao da Colombia S.A.
La crisis de Batista en medio de la de la economía del Brasil, el FMI pronostica que caerá este año en un 3 %, y del mercado internacional del carbón, tiene fuerte impacto en la región, y sus pobladores, que se ilusionaron con la generación de empleos y riqueza que anunciaba la nueva compañía que llegó a invertir en campañas exploratorias y estudios más de US 200 millones.