El libre comercio y la globalización de la economía han sido un fracaso; durante casi cuatro décadas lo que hubo fue una inmensa concentración de la riqueza; los tales tratados de libre comercio no han sido tan libres sino de sumisión económica; por muchos años el tercer mundo ha aceptado sin condiciones las políticas que los neoliberales ingleses y gringos le han trazado. EE. UU. nunca hace tratados serios, siempre gana y, de ahí, parte de su riqueza; terminada la Segunda Guerra Mundial, 44 naciones firmaron el tratado de Bretton Woods aceptando hacer todas las transacciones en dólares de los EE. UU. con la obligación para este país de pagar US35/onza de oro; por eso se le llamó el patrón oro. Recuerdo que el general De Gaulle, presidente de Francia, puso en jaque a los EE. UU. exigiéndole cambiar todos sus dólares por oro, pero las prostitutas de la comunidad europea lo dejaron solo en esta lucha comercial; con seguridad, EE. UU. no tenía como responderle al mundo.
Por supuesto, no podía mantener esa tasa de cambio, pero logró que el dólar siguiera como moneda única pese a sus altas tasas de emisiones y a su depreciación. Ahora ya no les gusta el libre mercado que con tanto bombo promocionaron, hoy sus falsos propósitos de crecer la riqueza del mundo, para el bienestar de todos, han sido develados; 700 millones de personas pasan hambre en el mundo, las migraciones y las guerras no cesan. Trump ha anunciado que impondrá aranceles de 100 % a los países que comercialicen con las monedas BRICS; ya una ley impide que Tik Tok funcione en su país a menos que sea comprada por estadounidenses; además, su representante legal fue procesada judicialmente. ¿Entonces, en qué consiste el libre mercado? Ante esta amenaza, la presidenta de México ya le hizo una advertencia diciéndole a Trump que muchas empresas comunes se quebrarían, porque, o todos en la cama o todos en el suelo. Los EE. UU. son especialistas en imponer sanciones como las aplicadas a Cuba durante 60 años y luego a Venezuela; de la zanahoria y el garrote solo queda este, aunque la primera era es más cicuta que zanahoria; quitar visas, invadir y hacer guerras allende sus fronteras hacen parte de su falsa misión democrática; la estatua de la Libertad no es más que una efigie que con el tiempo también quedará sumergida en el mar como la egipcia sepultada en la arena; sin embargo, siguen vendiéndole al mundo la idea de que ellos son la mejor democracia. Hasta el nombre de las Américas se lo apropiaron, dejándonos anónimos.
Al sur del río Grande, no sé cómo se llamaría este continente. Pero, la guerra contra los BRICS será a otro precio; nunca le jurungues el rabo a perro que no conozcas. Esta alianza socioeconómica y política con solo 18 años de creada ya muestra pasos de animal grande. Hoy representa el 36 % del PIB mundial (cumbre de Kazán), versus el 29.3 % del G-7 (EE. UU, Canadá, Japón, Alemania, Francia, Reino Unido e Italia), núcleo de la OTAN. La población de los BRICS es el 45 % del total mundial contra el 10 % del G-7; esta diferencia abismal en el tamaño del mercado juega contra los EE. UU. En lo que si aventaja el G-7 a los BRICS es en el volumen del comercio, 43 % Vs. 22 %, y esto tiene su justificación: la obligación de tranzar en dólares. Además, el 31 % de la producción de petróleo corresponde a los BRICS; más, una vez comience en firme y masivamente la negociación comercial con monedas diferentes al dólar, esta correlación se invertirá con toda seguridad. Estas estadísticas no incluyen las economías de Egipto, Emiratos Árabes, Irán y Etiopía que acaban de ingresar a esta organización; además, 15 países más están haciendo cola para entrar, entre ellos Venezuela. Por otro lado, 35 países abandonarán el dólar. Esto es lo que tiene con nerviosismo patológico a Trump; no podrán seguir engañando a todo el mundo dándole garrote. Se comprobarán dos sentencias axiomáticas: el capitalismo cavará su propia sepultura (Marx) y el imperialismo es un tigre de papel (Mao). Ni más garrote ni zanahoria.
Por: Luis Napoleón de Armas P.