Definitivamente todos, en algún momento de la vida, han vivido lo que significa la presencia incomoda de un “barrito” en la cara. Estas lesiones incomodas son la prueba de la presencia de acné, la enfermedad más común de la piel. Vale la pena recordar que este es el órgano más grande del cuerpo y el que está más expuesto a todas las impurezas presentes en el medio ambiente, su extensión puede llegar a los dos metros cuadrados y su grosor varía entre 0.5 y 4 milímetros.
El acné es una enfermedad que puede presentarse en cualquier momento de la vida, inclusive en los recién nacidos, y ataca sin distingo de raza, sexo o cualquier otra condición. De allí que sea importante abordarla como una patología, con todo lo que esto implica, pues si bien es cierto no supone un riesgo vital sí puede traer consecuencias irreparables, sobre todo desde el punto de vista estético.
¿Cómo evito los barritos y las espinillas?
La causa de su aparición no se ha establecido exactamente, pero sí se han documentado factores que inciden como los cambios hormonales, sobre todo en la adolescencia cuando se presenta el desarrollo normal (aparición de vello púbico, cambio de fisonomía, entre otros). En las mujeres existen otros atenuantes, asociados al tema hormonal, como el embarazo e inclusive los métodos de planificación. También existe el componente genético, así como algunos tipos de medicamentos.
¿Cuál es el acné más agresivo?
Existen varios tipos de acné que dependen del tipo de lesión pero los más graves son conocidos como pústulas, que son lesiones moderadas/graves que se caracterizan por inflamación significativa y presencia de ´materia´, y los nódulos que son lesiones tumorales benignas donde el material orgánico se cristaliza y abscesa. Lo que sucede con este tipo de acné es que cuando se drena este material quedan cicatrices que deforman el área afectada y esta situación es de difícil recuperación.
¿Si ya tengo acné, cómo puedo tratarlo?
Lo fundamental es entender que no todos los tipos de acné se tratan medicamente. El tratamiento de la enfermedad se puede hacer con medicamentos bien sean de uso tópico (aplicados) o de administración oral, pero solamente en los casos donde el médico tratante así lo defina pues depende del tipo de lesión, su gravedad y las características de cada paciente. En casa podemos hacer exfoliaciones, con productos a base de avena preferiblemente, para ayudar a evitar la aparición de lesiones.
¿Es cierto que si como cierto tipo de alimentos como el huevo aumenta el riesgo de padecer acné?
Existen varios mitos sobre la aparición del acné que tienen algo de cierto. Por ejemplo la ingesta de grasas y alimentos fritos, pero no es porque sea directamente por su consumo, es por la forma en que nuestros sistema procesa los alimentos. No es justo decir que el consumo de huevo o aguacate, por nombrar algunos, produzca acné. En el caso del maquillaje, es cierto que existen productos que taponan los folículos pilosos y propician la aparición del acné, más si no existe el hábito de lavar la cara mínimo dos veces al día. Lo fundamental es entender que los poros deben “respirar” y cualquier elemento que lo bloquee puede generar acné”
Los especialistas comentan que el mejor consejo para evitar las consecuencias que puede generar el acné es no “pellizcarse” pues es una acción muy agresiva con la piel y puede generar cicatrices imposible de borrar. Si la lesión no requiere un tratamiento médico y se trata de lesiones mínimas como las conocidas espinillas o barritos, lo mejor es tener paciencia y dejar que la piel elimine de manera natural el exceso de impurezas.