Pasados tres años, apenas este mes iniciará el juicio en contra de dos de los cuatro procesados por la masacre de La Aguacatera en Agustín Codazzi. Los acusados se presentarán ante el Juzgado Segundo Penal del Circuito con función de Conocimiento de Valledupar.
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La audiencia fue programada para la tarde del próximo 14 de septiembre para que la Fiscalía presente sus elementos materiales probatorios en contra de Olfer Enrique Valencia Ibarra y Juan Gabriel Zapata Munera.
Ambos son procesados por los delitos de secuestro simple, homicidio agravado y fabricación, tráfico y porte ilegal con arma de fuego. Olfer Valencia y Gabriel Zapata son los únicos que están a la espera de que le sea resuelta su situación jurídica: los otros dos investigados por este caso ya fueron condenados.
Por un lado, Julio César Zapata Munera, hermano de Juan Zapata, fue condenado a pagar 40 años de prisión en una sentencia proferida por el Juzgado Primero Penal del Circuito con función de Conocimiento; mientras que Javier Enrique Acosta Acuña, alias El Negro, purga una pena de 35 años y un mes de prisión emitida por el Juzgado Cuarto Penal del Circuito con función de Conocimiento.
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Los dos recibieron sentencias anticipadas tras allanarse a los cargos endilgados por la Fiscalía por los homicidios del soldado profesional Edwin Salas Padilla y los ciudadanos Luciano Acosta Brito y Hamilton Soto Lora.
Pero el proceso de Olfer Valencia y Juan Zapata se ha viso dilatado por el fracaso de algunas audiencias desde antes de que comenzara la pandemia por el coronavirus, situación que tiene inconforme a los familiares.
“Todo es culpa de la defensa que se la pasa dilatando las audiencias, porque cuando no es el abogado de Olfer Valencia entonces es el de Juan Zapata, a sino entonces es el juez o fiscal, al final siempre es lo mismo… Lo que sí queremos es que se solucione lo más pronto posible”, manifestó Darlin Soto Lora, hermana del fallecido Hamilton Soto.
Es así que esperan que las audiencias que faltan se puedan desarrollar, y cerrar por fin el capítulo amargo por el que tuvo que pasar la familia.
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De acuerdo al expediente, el 28 de marzo del 2017 varios hombres que se movilizaban en una camioneta de color blanco obligaron a los tres jóvenes, que veían un partido de fútbol en el establecimiento comercial conocido como La Neverita, a subirse al automotor bajo amenazas de muerte para ser trasladados hacia la zona de la vereda La Aguacatera.
Horas después, fueron encontrados sin vida, amontonados, boca abajo, con tiros en la cabeza y en otras partes de sus cuerpos.