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Trascendencia del regreso al colegio

La próxima semana se reanuda la jornada escolar para los colegios de calendario A, tanto en el sector público como en el privado, con la expectativa y las preocupaciones propias de la época, en mayor o menor proporción en todo el país.
En el caso de Valledupar y el Cesar es bueno destacar, como en el resto del país, un aumento sustancial en la cobertura, gracias a la inversión sistemática realizada por los gobierno en los últimos años, tanto durante la administración de Andrés Pastrana Arango, como durante la de Álvaro Uribe Vélez.
Durante la gestión de Uribe Vélez se logró una continuidad en las políticas del sector, durante los ocho años que duró al frente de la cartera de educación, la economista, Cecilia María Vélez White, sobre la cual muchos expertos consideran apropiado hablar de una verdadera “revolución educativa”.
Las secretarias de educación municipal y departamental, Mercedes Cadena de Pérez, y Mariela Solano Noriega, respectivamente, han informado que hay suficientes cupos para atender la mayor parte de la demanda en las instituciones educativas del sector público.
En efecto, tanto la ciudad como el departamento tienen como mostrar un aumento sustancial en materia de cobertura. Es así como en preescolar está en un  ciento por ciento; en primaria, asciende al 90 por ciento, pero en el bachillerato, esta  sólo alcanza el 60 por ciento, se presume que  el bajo porcentaje se presenta por la deserción escolar, en la mayoría de los casos en las zonas rurales.  Por esa razón, la meta este año en ambas dependencias es que ingresen muchos más estudiantes a los grados décimo y undécimo.
Y la invitación es para que los padres de familia aprovechen estas condiciones. En  preescolar y primaria la educación es gratuita y  las instituciones educativas no  deben cobrar servicios complementarios; pero en el bachillerato, los padres de familia deben cancelar estos servicios cuando son del estrato tres en adelante. Lo cual es un asunto de elemental justicia…
Es un gran avance en materia social que en el departamento y también en Valledupar, la población indígena, al igual que los desplazados y las personas de estratos uno y dos tengan acceso a la educación completamente gratis.
No obstante, paradójicamente, muchos padres de familia no han atendido ese llamado y – por el contrario- han dejado para última hora la matrícula de sus hijos, teniendo en cuenta que este proceso se debió realizar en diciembre de manera planeada y ordenada.
Es triste, por decir lo menos, esa actitud de muchos padres de familia frente a la educación de sus hijos, al dejar esa diligencia para última hora. Cuando lo apropiado es aprovechar bien las facilidades que hoy el Estado brinda para acceder a la educación básica.
Sería bueno que las autoridades pudieran establecer un sistema de sanción para los padres que dejan el tema de la matrícula para última hora, y también sanciones para aquellos que prefieren dejar a sus hijos en la casa o enviarlos a trabajar, en lugar de responsabilizarse de su acceso a la educación.
Diversos estudios, con mucha sustentación empírica, tanto en Colombia como en otros países, han demostrado que el acceso a la educación es un instrumento esencial en la lucha contra la pobreza y la inequidad, y muchos programas sociales de los que actualmente adelanta el Estado colombiano, y en los cuales tienen participación tanto el municipio como el departamento, deberían estar correlacionados con esa responsabilidad por parte de los padres de familia. Sólo así se puede garantizar la efectividad de ese aumento en la cobertura y el buen uso de una alta inversión pública en infraestructura y planta de personal.
Capítulo aparte es el tema de la calidad y sobre este tema las secretarías de educación de ambos entes territoriales deberían anunciar acciones y programas concretos para mejorar y monitorear la calidad de los procesos y los rendimientos de los alumnos, ya que los últimos indicadores en esta materia, en comparación con los nacionales son malos y – para colmo de males- los de Colombia, frente a países de similar grado de desarrollo, también dejan mucho que desear. En próximas ediciones nos referiremos a estos temas trascendentales para el desarrollo y el bienestar de los habitantes de Valledupar y el Cesar, principalmente para el futuro de nuestra juventud y nuestra niñez.

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