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Tras el cierre de La Mina ya se plantean denuncias

El cierre del balneario tomó por sorpresa tanto a nativos de la región como a visitantes durante el pasado Festival de la Leyenda Vallenata. Foto: Cortesía.

Desde el pasado 26 de abril y hasta el próximo 26 de mayo está determinado el cierre del río Badillo a la altura del balneario El Pasito por disposición del pueblo kankuamo que argumentó una limpieza ambiental del afluente y trabajos de armonización en dicho territorio, los cuales son comunes en muchas zonas como el Parque Tayrona donde los indígenas se mantienen trabajando por la conservación del ambiente.

Sin embargo, más allá de este cierre que para muchos fue desacertado porque se inició en plena temporada turística y también porque no se socializó ni compartió con la administración municipal existen aparentemente otros motivos. De acuerdo con lo que han denunciado miembros de la comunidad Chiskuinya, esta decisión se debió a una clase de represalia con relación a las denuncias hechas por una afectación al río Pontón ocasionada por la extracción de material y que aparentemente estuvo apoyada por miembros del cabildo kankuamo.

Ahora, según indicó Lot Villazón, líder de la comunidad Chiskuinya, el hecho de que se convocara a la comunidad para levantar por la fuerza el plantó que tenía dicho grupo para demostrar su rechazo a la medida del cierre en el balneario y de la extracción del material, ha provocado que tomen la decisión de interponer una denuncia ante Derechos Humanos y otras entidades de carácter internacional.

“Es algo que voy a denunciar públicamente porque nosotros no pertenecemos a la ONIC y no estamos de acuerdo con la dictadura de Jaime Arias”, expresó Villazón. Hasta el momento, como sostuvo Villazón, no había llevado a cabo esta medida porque estaba asesorándose en principio para poder tomar la mejor determinación.

“Llegué apenas a yer (viernes) a Bogotá, no quise poner la denuncia en Valledupar porque no hay garantías para mi seguridad entonces estoy en estos momentos esperando el día lunes para poner la respectiva denuncia ante Derechos Humanos porque esto no se puede quedar así”, indicó Villazón, reiterando además que por el momento Jaime Arias mantiene el cierre del lugar. Al tiempo reveló que la situación en el territorio es de tensión porque “la comunidad Chiskuinya de La Mina ahora hizo una enramada en la vía hacia Atánquez y se corrió que la gente de Jaime Arias y la iba a tomar y todos pensaron que si eso pasaba se iban a enfrentar”, agregó Villazón.

Precisamente la medida sigue en vigencia en dicho balneario, donde como manifestó el inspector de La Mina, Elvis Ramírez, desde el viernes se viene trabajando en las limpiezas ecológicas. “Al parecer porque le estaban dando mal uso al río, decidieron cerrarlo durante un mes”, argumentó el inspector, quien trajo a colación que en el sitio trabaja una familia.
Por su parte el secretario de Gobierno municipal, Gonzalo Arzuza Torrado, al ser consultado por EL PILÓN sobre cómo avanza esta restricción hizo énfasis en que no tienen un pronunciamiento oficial al respecto al tratarse de una decisión que no se les consultó como administración ni que se socializó como se esperaría.

“Nosotros no podemos hacer ningún tipo de comentario frente a eso porque los indígenas kankuamos han tomado una decisión inconsulta sobre el cierre del balneario La Mina. Ni la han socializado con nosotros ni nada”, reveló el funcionario, quien igualmente reconoció que estas comunidades pueden hacer ese tipo de cierres pero que lo ideal de estos procesos es que sean socializados con la administración municipal así como el ente territorial se mantiene tratando con ellos cada disposición que los pueda involucrar. ”Eso no lo consultaron con nosotros”, agregó.

Además, dijo que de haberse hecho las socializaciones pertinentes se habrían evitado las alteraciones que se vivieron en plena época de Festival Vallenato “para evitar todo este tipo de situaciones que afectan la libre movilidad y el disfrute de los balnearios del municipio de Valledupar”.

Entre tanto reiteró que no existe fecha o reunión acordada para que se establezca un diálogo entre esta comunidad kankuama y la administración municipal a fin de poner en conocimiento los detalles de este cierre y hasta cuando se extenderá.

Curiosamente al indagar al respecto con la Corporación Autónoma Regional de Cesar, Corpocesar, sobre este cierre y si ellos como entidad ambiental brindan alguna clase de acompañamiento a la limpieza, el subdirector de Gestión Ambiental de dicha corporación, Antonio Rudas explicó que tuvo conocimiento de la restricción cuando visitaba como turista dicha zona.

“Uno de la organización indígena kankuama daba explicación a todos los turistas que llegaban y nos comentaba que temporalmente estaba cerrado porque estaba muy sucio entonces necesitaban hacer una limpieza espiritual y una limpieza física con los ambientales y todos”, relató el funcionario.

Del mismo modo declaró que ellos de manera oficial, como entidad, no han recibido ninguna queja de esa acción de limpieza y que por el contrario tuvieron conocimiento de que también se iba a aprovechar este lapso para construir unos baños y otras estructuras con el propósito de adecuar el sitio para que los turistas puedan estar cómodamente. “Finalmente hay una restricción del uso del balneario, habría que entrar a revisar qué infracción o qué acto fuera de la norma están realizando pero me enteré en festival porque nunca recibimos una queja porque es una zona que está dentro de un resguardo indígena y el mismo resguardo es el que hace las actividades y seguramente entre ellos ya se habían puesto de acuerdo”, puntualizó Rudas.

Aunque EL PILÓN intentó ponerse en contacto con el cabildo gobernador kankuamo, Jaime Arias, quien figura como el principal responsable de esta determinación a fin de que explicara cómo avanza la misma y dado que también es el objeto de los señalamientos de Villazón, no fue posible establecer el respectivo contacto.

Por: DANIELA RINCONES / EL PILÓN
daniela.rincones@elpilon.com.co

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