Saúl Gámez Mendoza y su hija Lorena Pastora Gámez Maestre perdieron la vida en un voraz incendio en su lugar de residencia, registrado en la Ciudadela los 450 Años de Valledupar.
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Según el reporte bomberil, ellos se encontraban al interior de la vivienda localizada en la manzana 56 con casa 42 junto con dos personas más que resultaron heridas y fueron trasladadas a un centro asistencial.
Se trata de Carmen Cenaida Maestre de Gámez y una menor de edad, quienes fueron rescatadas por los miembros del Cuerpo de Bomberos con Lorena Pastora; sin embargo, esta última al llegar al puesto de salud cercano del sector falleció por la inhalación del humo. Mientras que Saúl Gámez pereció envuelto en llamas en una habitación de la vivienda.
“Las personas fueron sacadas con ayuda de la comunidad. Primero estábamos tratando de ingresar por el techo y rompiendo paredes, pero nos fue imposible porque las llamas estaban muy altas. Llegamos y entramos con los equipos”, explicó el sargento Ariel Romero Mejía, comandante de emergencias de bomberos.
Las sobrevivientes Carmen Maestre y su nieta, hija de Lorena Gámez, fueron llevadas a la clínica Médicos de Alta Complejidad Caribe.
EL INICIO
La tragedia para los cinco miembros de la familia comenzó cuando uno de ellos, Saúl Gámez Maestre, hijo y hermano de las víctimas fatales, llegó de la calle y se dispuso a preparar la cena.
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“Al encender la estufa esta se incendió de forma incontrolable y los muebles de la vivienda se prenden en fuego rápidamente y no les da tiempo de salir de la casa”, reza el informe de la Policía.
Es así que como Gámez Maestre comenzó a gritar y al poco tiempo consiguió salir para que los vecinos ayudaran a sus padres, hermana y sobrina.
Una de las primeras en notar la emergencia fue la arrendataria que la familia tiene al lado de su vivienda. Eran cerca de las 9:10 de la noche.
“Nosotros oímos fue la gritería y le dije a mi hija que quién gritaba, ella se asomó y era él. Salimos y comenzamos a pedir auxilio porque miramos y vimos la candela hasta en la sala. Los vecinos enseguida ayudaron, más que todo unos venezolanos que viven en una casa cercana, tocó romper la pared para echar agua”, afirmó Nayibi Núñez, la inquilina.