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Trabajo infantil, un problema mayor en Valledupar

Por Andrés Llamas Nova

En un recorrido por  las bodegas de Mercabastos y las instalaciones del mercado público entre las 3 y 6 de la mañana de ayer sábado, EL PILON pudo evidenciar que en la central de abastos  la cifra de menores trabajadores ha disminuido, sin embargo en la plaza de mercado, la situación es diferente.

Mientras que en Mercabastos el número de menores trabajadores no sobre pasa los diez, en el mercado aproximadamente unos 15  ejercen labores como cargar bultos de plátano, descargar camiones, entre otros. Por estos trabajos un joven no recibe más de 10 mil pesos.

Adolfo Vega, trabajador de Mercabastos, aseguró que 180 mil pesos es lo que se paga por descargar un camión lleno de plátanos, cifra que se reparten entre 8 o 10 personas, incluidos los menores.

Las personas que trabajan en este lugar, manifiestan que la Policía de Infancia y Adolescencia ha controlado el lugar hasta el punto de que los niños  se han desplazado del sitio,  según las palabras Alfonso Fonseca Jiménez, vendedor.

Algunos niños que trabajaban por voluntad propia, inducidos por sus padres o terceros, se han movilizado hasta el mercado público, a continuar con las labores que ejercían en Mercabastos, pero por otra parte, existe una cifra indeterminada de menores de edad en el Mercado  que acompañan a sus padres en sus puestos de trabajo. Los adultos alegan la tradicional tarea de enseñar a los hijos el negocio familiar y alejarlos de los malos caminos.

Trabajo voluntario 

Por otra parte, la Jefe de la Oficina de Gestión Social, Darling Guevara, manifestó que existen algunos casos en los que el trabajo infantil es voluntario, aun en contra de las órdenes de los padres y sin desertar de la educación; la funcionaria argumentó que el problema tiene infinidad de matices que hacen difícil la labor de erradicar e identificar el problema. 

“Trabajan en la jornada contraria a la jornada escolar. El caso de algunos tres niños que aún permanecen en Mercabastos, entre 15 y 17 años, con problemas en el núcleo familiar”, dijo Guevara.

Valledupar es según el Ministerio del Trabajo, séptima entre las ciudades con menor índice de trabajo infantil; sus medidores también incluyen a las labores en el hogar y es este factor precisamente el que al parecer imperar en la capital del Cesar.

Una  tradición

 Nelson Montagu, era acompañado en su colmena de verduras, ubicada en el Mercado Público, por su hijo de 10 años la mañana de ayer sábado. El vendedor manifestó que, “el niño viene y me colabora porque hoy no tiene clase y no lo puede dejar en la calle, es bueno que trabaje y me colabore”. Para él es una tradición que los niños trabajen con sus padres tal y como lo manifestaron algunos  vendedores de Mercabastos.

Un asunto de padres

La Subteniente Diana Segura, líder de la Policía de Infancia y Adolescencia, manifestó que pese a identificar en la ciudad a niños que pasaron del trabajo infantil, al consumo de drogas y a la mendicidad, en algunos casos por iniciativa propia o problemas en el hogar, el fenómeno es en gran medida un asunto de padres de familia.

“Es algo netamente cultural que los niños aveces prioricen o alternen el trabajo con el estudio, pero no es un asunto de los niños, son los padres los que los inducen, en el caso de Valledupar”, dijo la Suboficial, evidenciando que los adultos han malinterpretado la calidad de tutores y han excedido sus funciones. “Los niños tienen derecho a estudiar. A ser niños”, concluyó.

Niños que inducen a otros niños

La Policía de Infancia y Adolescencia ha identificado un fenómeno en Valledupar, como en otras ciudades, en el que algunos niños son encargados de inducir al trabajo, la drogadicción y mendicidad a otros niños. “Entre ellos mismos se estaban induciendo. Niños que pelean en sus casas y otros los atraen”, dijo la Teniente Segura.

Cambio de roles

En Valledupar las autoridades han identificado ciertos casos en donde son los niños quienes asumen la responsabilidad económica de sus hogares, mientras sus padres se dedican al ocio, entre otras actividades. Sin embargo no es fácil judicializar un padre de familia que permite que su hijo trabaje en las calles mientras él duerme.
 

Depuración de las cifras

Según las autoridades de Policía de Infancia y Adolescencia, al tiempo  de que varias instituciones y los gobiernos locales han establecido  su censo, de igual manera también lo ha hecho la Red Unidos, y el Ministerio del trabajo. Estas bases de datos de menores trabajadores están en un proceso de cruce y depuración para establecer con certeza la población infantil que es explotada laboralmente en el departamento.

Los trabajos más visibles en la ciudad

El pasado Festival Vallenato evidenció una situación compleja  en cuanto a los trabajos infantiles inducidos por los padres de familia, en medio de la informalidad y la oportunidad de la temporada. Algunos de las actividades más comunes que ejercen los menores en Valledupar son:

PUNTOS DE VISTA

Darling Guevara: “Los niños necesitan tiempo para recrearse, tiempo para la cultura, pero van a trabajar y se pierden estas actividades. El año pasado atendimos 248 niños en el Hogar de Paso. El 90 por ciento son niños de la calle, muchos de ellos consumidores de drogas”.

Teniente Diana Segura: “Tratamos de abordar a las familias, para cambiar ese tipo de pensamiento de que los niños desde pequeño tienen que trabajar; una cosa es que colaboren en la casa y otra que los tengan desde las tres de la mañana en una plaza de mercado”.

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