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Tormenta en el continente

Mientras celebrábamos ayer un aniversario más de la ciudad, quedamos perplejos con los reportes de la prensa internacional (El País) sobre los hechos que se registraron en  Estados Unidos y Venezuela:

El caos se apoderó de Washington este miércoles cuando el Congreso se disponía a confirmar al demócrata Joe Biden   como próximo presidente, una formalidad que normalmente pasa sin pena ni gloria y que este 6 de enero de 2021 quedará escrita en los libros de historia. Miles de seguidores de Donald Trump azuzados por sus acusaciones infundadas de fraude electoral, rodearon el Capitolio y traspasaron de forma violenta los cordones policiales, provocando altercados dentro del edificio. La sesión fue suspendida, la ciudad decretó toque de queda, la Guardia Nacional se desplegó y el mundo vio una imagen inaudita de Estados Unidos, el país que se enorgullece de ser la primera democracia del mundo”.

Desde hace más de un siglo, en 1814,  en medio de la guerra entre Inglaterra y la emergente nación americana, aun no estadounidense,  no se asaltaba el Capitolio, templo de ese modelo  presidencial, pero de separación de poderes, que han acogido los países latinoamericanos, como Colombia. Los contrapesos, las leyes sobre los hombres, y la sensatez se imponen finalmente frente a hechos desesperados del presidente perdedor, que entrega el Congreso y la presidencia al opositor partido demócrata. Así es la democracia.

Por los lados de la vecina Venezuela “la constitución de la nueva asamblea   ha dejado en una posición complicada a la Unión Europea, EU, que quiere mantener la distancia con el régimen de Nicolás Maduro, pero se ha quedado sin base institucional para apoyar a Juan Guaidó como presidente encargado del país. A partir de ahora reconoce el liderazgo de Guaidó pero solo como miembro destacado de la oposición (…) ha evitado nombrar al opositor como presidente interino o encargado,  un trato habitual hasta la fecha por parte de la inmensa mayoría de Estados de la UE, pero cuya legitimidad emanaba de su cargo como presidente de la anterior Asamblea, órgano legislativo del país, formada tras las elecciones de 2015 y sustituida por la recién constituida tras los comicios parlamentarios del 6 de diciembre.

Bruselas tenía tres opciones: la de no reconocer a Guaidó en absoluto, algo que daría alas al régimen de Maduro; la de mantener su apoyo de forma completa, – como lo reiteró el Grupo de Lima (Colombia,Brasil, Canadá, Chile, Costa Rica, Ecuador, El Salvador, Guatemala, Haití, Honduras, Paraguay y Perú)   algo que ya resultó complicado y generó tensiones en 2019; o la de considerarlo una especie de primus inter pares, un rostro visible y destacado de la oposición, un gesto que permitiría de algún modo seguir protegiendo a la disidencia e incluso abrirle la puerta a los fondos que el país tiene repartidos en otros países”.

Se espera la posición del gobierno Biden que posiblemente se acerque a la que ahora ha adoptado la UE, en camino al diálogo.

Lo que pase en Estados Unidos y en Venezuela y lo que piensen y hagan sus gobiernos y partidos condicionan parte importante de la vida nacional y aun la de regiones como la nuestra.

Categories: Editorial
Redacción El Pilón: